Al sur

Ciencia cubana contra la COVID-19 patentiza su vocación humanista y solidaria

Santa Cruz del Sur, Junio 2021.- Hay momentos en la vida de los seres humanos que son trascendentales. Este es uno de ellos, tomando en consideración que en medio de una pandemia tan asoladora, como lo es la de COVID-19, se trabaje sin descanso para buscar una cura, un antídoto que permita evitar más muertes por esta epidemia que azota hoy a la humanidad.

Cuba, como tantos otros países, ha trabajado para crear un antídoto, y ya tiene en su haber algunas vacunas en fases de ensayos clínicos con resultados positivos. Resulta gratificante que esa luz de esperanza se extienda a todos con progresión y sistematicidad, en una acción más del sistema de Salud cubano, donde la vida del ser humano es lo primordial, y a pesar de las dificultades para obtener estos antídotos.

Ya se dieron los primeros pasos para la vacunación en suelo cubano, donde el beneficio será general, a pesar de las dificultades materiales en el país y aun cuando los niveles económicos personales sean escuetos, el medicamento llegará justo y seguro a todos los habitantes de la isla.

Porque para eso el estado cubano destina más del 25 por ciento del presupuesto nacional a la Medicina, para garantizar los recursos imprescindibles en desarrollar y respaldar los servicios médicos a todos los niveles y que lleguen a cualquier rincón del país.

Las vacunas Abdala, Soberana 01 y 02, Soberana Plus y Mambisa, se encuentran en el espectro de tratamientos que la Medicina cubana desarrolla no solo en beneficio del pueblo cubano, también para brindar estos antídotos a todos los países que lo requieran como un tributo a la vida humana.

Este es uno de los momentos trascendentales en la vida de los cubanos, porque a pesar de las penurias que ha generado la expansión de la COVID-19, con secuelas de dolor y muerte, nos ha permitido apreciar el crecimiento de la Medicina cubana, su industria farmacéutica, biotecnológica, pero sobre todo por el humanismo y la consagración de quienes hoy laboran en la zona roja, en los laboratorios donde se crean estas vacunas que persiguen controlar y erradicar una pandemia que hoy enlutece al mundo.