Bienal de La Habana cumple cuatro décadas como espacio consolidado de diálogo y búsqueda artística
La Habana, 14 nov.- Sobre la importancia de la XV Bienal de La Habana, que se extenderá desde este 15 de noviembre al 28 de febrero de 2025, sus principales actividades, exposiciones y proyectos, debatieron organizadores y artistas invitados en la Mesa Redonda.
El director de la Bienal, Nelson Ramírez de Arellano, afirmó que es intrínseca al tejido cultural cubano.
“No tener una bienal de artes visuales en La Habana sería como si faltara un pedazo de nuestra identidad”, dijo.
La Bienal, declaró, “ha alcanzado un reconocimiento internacional impresionante, porque en varias ocasiones ha sido categorizada por expertos como una de las tres más importantes del mundo”.
Ramírez de Arellano destacó que el evento, que celebra su aniversario 40, siempre se ha enfocado hacia las producciones audiovisuales de los pueblos del sur.
El también director del Centro Wifredo Lam destacó que fue reconocida en algún momento como la “primera bienal latinoamericana, la primera que mostró el arte de zonas que no resultaban interesantes para los centros de poder”.
La esencia descolonizadora en su origen, dijo, ha sido su guía desde 1984. “Renunciar a algo así sería renunciar a un gran logro”.
Destacó que la Bienal intenta llegar al pueblo, y que las manifestaciones de arte ocurran en espacios públicos y se involucren en la vida de las personas.
“Al final, este tipo de experiencias son alimento para el espíritu”, dijo.
Según Ramírez de Arellano, se ha caracterizado a la Bienal de La Habana como un “evento a medio camino entre una bienal de arte según los códigos internacionales y un festival de las artes”, eventos más abiertos y populares.
Mencionó el término economía creativa y aseguró que las bienales y otros eventos culturales de ese tipo pueden llegar a ser motores impulsores de la economía
“No solamente son un alimento para el espíritu, sino que también pueden ser un detonador de una reacción en cadena que ayude muchísimo a la economía”, recalcó.
El director de la Bienal explicó que el equipo organizador decidió que la fecha de inicio coincidiera con el aniversario 505 de La Habana como un regalo a la ciudad y sus habitantes.
La fecha de clausura, el 28 de febrero, coincide con las celebraciones por la fundación del Centro Wifredo Lam.
Sobre las principales actividades, Ramírez de Arellano comentó que se organizarán exposiciones conmemorativas en Casa de las Américas, Fábrica de Arte y la estación cultural de Línea y 18.
Mencionó proyectos como el de la argentina-italiana Silvia Barrios, que se desarrolla a partir de la interacción con las experiencias del público; el mural de Juvenal Ravelo, uno de los grandes maestros de la pintura cinética venezolana; una exposición en la Casa Simón Bolívar, y otra dedicada al tejido en el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales.
La Bienal llegará también al barrio de Los Sitios, en Centro Habana, a partir de una alianza con el proyecto sociocultural Quisicuaba, y varias intervenciones y exposiciones.
Juan Carlos Moya, curador español invitado a la Bienal, dijo que, aunque las condiciones hace una semana “daban visos de que realmente no iba a seguir adelante”, la decisión de celebrarla le pareció “brillante”.
Moya comentó que su labor se basa en proponer artistas o proyectos al evento, y luego ayudar en el acompañamiento de los creadores. “Estamos hablando de un gran volumen de trabajo, artistas y exposiciones”.
También se refirió al empuje de la ciudadanía por ayudar en iniciativas de este tipo. “¿Qué es una bienal de arte, si no dar vida durante un período extraordinario a una ciudad o un país? Creo que eso es fundamental”, aseguró.
El curador español se definió a sí mismo como un enamorado de Cuba, su arte y su gente. Ha ayudado por varios años a llevar el talento cubano a otros rincones del mundo, y a traer el arte extranjero a la mayor de las Antillas.
Hizo especial referencia a una obra en particular desarrollada con Bernardo Medina. “Creamos un corazón y lo dejamos en un círculo infantil, en el malecón habanero”.
En otro momento de la Mesa Redonda, la artista argentino-italiana Silvia Barrios expuso el proyecto que trae a esta Bienal. Se trata de una iniciativa basada en el trabajo colaborativo, donde participan 40 personas de varios países latinoamericanos y de distintas profesiones: arquitectos, ingenieros, constructores, biólogos y artistas.
Bajo el nombre “Latinoamérica, sitio experimental para el bien común” se propone un ensayo de ecosistema sostenible en Casablanca, como parte de una idea que busca conjugar el arte con la naturaleza y la sociedad.
“Vamos a generar una casa de barro y bambú con materiales locales. Esta es la arquitectura del futuro. Las construcciones contemporáneas se enfocan justamente en los biomateriales, y la propuesta es que las personas puedan desarrollar su casa propia con elementos del territorio y técnicas que, si bien muchas son primitivas, se fueron acercando a nuestros tiempos mediante las tecnologías”, explicó la artista.
Ya se empezó a desarrollar parte de la bioarquitectura. Se pretende aportar a la regeneración de los suelos y habrá techos verdes con plantas típicas.
“Desde junio fuimos generando estos procesos y queremos aportar saberes a la comunidad, con un trabajo que se acerque a las personas en distintos llamados para que se involucren en la elaboración de esta casa, que luego podrán replicar en distintos lugares”, señaló Barrios.
Otra de las ideas del proyecto es que los desechos orgánicos puedan regenerarse en nuevos elementos y diseños, como textiles, cueros y plásticos. La sala de exposición será un laboratorio constante de biomateriales, tintes y otros productos.
Sobre el evento teórico de la Bienal dialogó su coordinador general Jorge Antonio Fernández Torres, director del Museo Nacional de Bellas Artes, quien mencionó que el tema central en esta oportunidad será la inclusión de saberes más allá del arte, y la sede estará en el propio museo.
Como parte del programa participarán 40 ponentes de 15 países, entre ellos, figuras que han dirigido otras bienales y reflexionarán sobre el modo en que estos eventos pueden implicarse con el contexto y aportar a la sociedad.
De acuerdo con Fernández Torres, una parte del evento teórico se dedicará a las artistas mujeres en el Caribe, y se realizará un análisis sobre lo femenino en el proceso de creación.
La descolonización y los retos desde las ciencias sociales serán también un tema importante, basado en la pregunta fundamental de cómo enfrentar la colonización en el contexto actual.
“Dedicaremos un espacio a la relación entre el arte y la educación. No viendo la educación como un proceso del cual el arte debe apropiarse, pues la educación en sí misma es arte. También analizaremos el diálogo entre arte y ciencia, centrándonos en cómo devolver lo mejor al planeta”, afirmó.
En ese proceso interdisciplinario, fueron convocadas universidades, el Centro Martin Luther King, el Centro Juan Marinello, entre otras instituciones cuyos profesionales aporten a la transversalidad en los procesos de pensamiento.
El evento finalizará con un congreso colaborativo, donde participarán los intelectuales asistentes, y se vincularán los temas fundamentales: la descolonización, el arte, la ciencia y la educación. (Tomado de Radio Cadena Agramonte)