Arranca año decisivo para la economía en Cuba

En la más reciente sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular (parlamento), el mandatario señaló que aún cuando prevalece la incertidumbre asociada a la pandemia de Covid-19, este año se espera un alza de entre un seis y un siete por ciento con respecto a 2020.
El viceprimer ministro de la isla y titular de Economía y Planificación Alejandro Gil, reiteró en una reciente entrevista televisada que el principal obstáculo para el desarrollo nacional es el bloqueo de Estados Unidos.
Pese al cerco, comentó Gil, el avance económico será posible con la eliminación de trabas internas, resueltas en gran medida con la implementación de la llamada Tarea Ordenamiento, nombre oficial de una de las reformas más importantes de los últimos 30 años.
De esa forma, todos los actores de la economía, ya sean estatales o privados, trabajarán en igual entorno monetario con la eliminación del peso cubano convertible (CUC) a partir de este 1 de enero y todos utilizarán el peso cubano (CUP) a una tasa de cambio de 24 por un dólar.
Esa decisión, en opinión del también titular de Economía y Planificación, resolverá otra de las distorsiones del escenario cubano que es la preferencia por las importaciones, las cuales resultaban más baratas antes del 2021 e impedían un encadenamiento productivo adecuado con la industria local.
Entre los riesgos están la inflación y una limitada oferta de empleo, pero ambos son manejables, explicó el funcionario, quien ve este año como un punto de giro no solo en cuanto a crecimiento, sino respecto al modelo económico.
Por su parte, Marino Murillo, jefe de la Comisión de Implementación y Desarrollo de los Lineamientos del Partido Comunista de Cuba, cree que un reto será mejorar la ejecución del presupuesto estatal, cuyo déficit fiscal se estima en más de 86 mil millones de pesos, cantidad con la cual ‘esperamos que la economía empiece a reaccionar’.
Entretanto, los expertos no prevén que los resultados del ordenamiento sean palpables este año, pero sí a mediano y largo plazo, cuando un incremento sostenido de la productividad sea capaz de aumentar el consumo real y el nivel de vida de la población. (Prensa Latina)