España participará en la cumbre del G-20
Madrid, 8 nov.- El gobierno español cerró hoy tres semanas de intenso trabajo y gestiones políticas que consiguieron incluir a este país entre los participantes en la cumbre organizada por Estados Unidos para enfrentar la crisis financiera mundial.
Esa presencia en el foro convocado sólo para los miembros del denominado Grupo de los 20 (G-20), al cual no pertenece España, quedó garantizada la víspera gracias a una gestión francesa respaldada por el Unión Europea (UE).
El próximo día 15, el jefe del gabinete español, José Luís Rodríguez Zapatero, estará en la cita de Washington, con voz y voto, aunque sentado en uno de los dos asientos que corresponden a Francia por su doble condición de miembro del G-20 y presidente de la UE.
El gobernante destacó hoy la importancia de intervenir en el análisis de las propuestas “para un futuro más previsible, ordenado, controlado y justo”, sin olvidar los problemas del cambio climático, la lucha contra la pobreza y un orden económico más justo.
Para conseguir su presencia en el cónclave, Rodríguez Zapatero viajó medio mundo en dos semanas en busca de respaldos que finalmente logró, en particular de Francia, Gran Bretaña, México, Argentina y Brasil, todos integrantes del G-20.
La insistencia de Madrid en participar en las discusiones en torno a la crisis financiera internacional obedece al argumento de que España es hoy la octava economía del planeta, aunque no forme parte del Grupo de los Siete (G-7) países más ricos del mundo.
En Washington estarán el G-8, integrado por el G-7 (Francia, Gran Bretaña, Alemania, Italia, Estados Unidos, Canadá y Japón) más Rusia, así como los llamados países emergentes (Argentina, Australia, Brasil, Corea del Sur, China, India, México, Indonesia, Arabia Saudita, Suráfrica y Turquía).
El viaje de Rodríguez Zapatero a la capital norteamericana será el primero que realiza desde que asumió el poder en 2004 (fue reelecto en marzo pasado).
Desde su llegada a la Moncloa (sede del gobierno en Madrid), las relaciones entre el jefe del gabinete y líder socialista español y el actual presidente estadounidense, George W. Bush, se han mantenido en una extrema frialdad.
La raíz de esa situación está en la primera decisión que adoptó Rodríguez Zapatero en el momento de asumir el poder: retirar las tropas que su antecesor, José María Aznar, había enviado a Iraq junto con Estados Unidos y Gran Bretaña.
Ahora, el gobernante español entrará por fin en la Casa Blanca antes de que Bush abandone la Oficina oval, aunque sea a una cena, la que ofrecerá el saliente mandatario norteamericano a los asistentes a la cumbre sobre la crisis financiera. (PL)