Deporte

Wilfredo León, el otro niño del deporte cubano

Wilfredo León, el otro niño del deporte cubano  Si el béisbol cubano tuvo un niño en Omar Linares Izquierdo, hoy el voleibol de la Isla cuenta con otro infante en el deporte de alto rendimiento, el jovencito de 15 años de edad Wilfredo León Venero, quien cumple 16 el próximo 31 de julio.
   
Claro está, la historia del antesalista pinareño Linares ya es conocida en Cuba y el mundo, y la del santiaguero León tiene su primer capítulo, aunque desde ya muchos especialistas anuncian que será más de un tomo, inspirados en su reciente actuación en la XX Liga Mundial.
   
Coincidentemente Linares (nacido en 23-10-1967) comenzó su gran hoja de servicios a los 15 años en el equipo Cuba, y resultó clave en los primeros lugares en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 y Atlanta 96, así como también en el segundo lugar estival en Sydney 2000, entre otros certámenes de primer nivel.
   
León, atacador opuesto con 2,01 metros de altura y 85 kilos de peso corporal, tendrá otro buen momento este año para ratificar sus potencialidades, pues participará del 31 de julio al nueve de agosto en el Campeonato Mundial juvenil, con sede en Pune, India.  
   
Lo cierto es que el espigado atleta, oriundo de una familia muy deportiva, ya se gana calificativos que lo sitúan como la nueva gran estrella del voleibol mundial, tras su accionar de regular en todos los partidos de la joven selección antillana en la Liga.
   
Para nadie es secreto que su desempeño sobre los Mondoflex resultaron clave para la clasificación de su equipo como líder del grupo C, con ocho ganados y cuatro perdidos, después de dividir honores con los rusos y búlgaros y barrer con los japoneses.
   
Además Wifredo sobresalió en los encuentros de la final, con triunfo ante Argentina y reveses consecutivos frente a Brasil, Serbia y Rusia, este último por la medalla de bronce.
   
Como si fuera poco, fue el mejor de la Liga en el servicio, departamento individual que dominó en la etapa preliminar y ratificó con su desempeño en la final.
   
También terminó tercero entre los anotadores, séptimo en el ataque, noveno en el recibo, decimoctavo en el bloqueo y trigésimo cuarto en la defensa, estadísticas que lo convierten en jugador integral y muy importante en un equipo que a pesar de su juventud, retornó a la elite mundial.
   
Aplausos y felicitaciones por este gran comienzo de una historia que promete nuevos capítulos, tomos y calificativos para quien es, desde ya, el niño del voleibol cubano al igual que lo sigue siendo Linares en el béisbol ¿Alguien lo duda? (Por Carlos González Rego/ Servicio Especial de la AIN)