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Misión espacial china a la Luna

Misión espacial china a la LunaBeijing,- Futuros espacionautas chinos podrían estar caminando sobre las polvorientas llanuras lunares a partir del año 2025.

Aunque aún no se ha tomado una decisión definitiva al respecto, los científicos e ingenieros chinos están considerando seriamente una misión de este tipo, tras los primeros éxitos logrados en su programa de exploración de nuestro satélite natural.

La revelación la hizo el responsable principal del proyecto de investigación lunar de China, Ye Peijian, quien tiene a su cargo la planificación y ejecución del envío de sondas de la serie Change en dirección a la Luna.

La primera nave de esta categoría, cargada de instrumentos sensores y cámaras de alta definición, emprendió vuelo hacia la órbita lunar en 2007 y en 2008 envió una serie de imágenes de la superficie del satélite.

Change es el nombre de un hada mitológica que se instaló en un castillo en la Luna, según la leyenda.

La Change-1, primera de la serie, concluyó en marzo pasado su misión de 16 meses para investigar el espacio circunlunar y observar la superficie del satélite con el fin de escoger eventualmente un lugar para el alunizaje de futuros vehículos espaciales.

En 2010 se lanzará la sonda Change-2, la cual también entrará en órbita y realizará observaciones desde un centenar de kilómetros sobre el suelo lunar.

Esta misión servirá de preparación para el lanzamiento en 2013 de la Change-3, la cual alunizará y depositará un vehículo lunar en la superficie para realizar investigaciones durante tres meses.

La tercera fase del proyecto prevé que en 2017 una nave no tripulada alunizará, recogerá hasta dos kilogramos de muestras del suelo lunar y regresará con ellas a la Tierra, toda una proeza tecnológica para un vehículo sin tripulantes.

Lo que también permitiría una misión a nuestro satélite natural, además de las investigaciones preliminares sobre la Luna, es la experiencia acumulada por China durante esta década con naves tripuladas al espacio.

El primer espacionauta chino (o taikonauta, según el ideograma de donde procede la palabra) fue Yang Liwei, quien voló a bordo de la nave Shenzhou-5 en 2003, y el dúo formado por Fei Junlong y Nie Haisheng lo hizo en la Shenzhou-6 en el año 2005.

En 2008 le tocó el turno a los espacionautas Zhai Zhigang, Liu Boeing y Ping Haipeng, quienes cumplieron su misión en la Shenzhou-7, y realizaron la primera caminata espacial.

Esto también permitió comprobar el buen funcionamiento de los nuevos trajes espaciales en condiciones de vacío fuera de la nave.

Por otro lado, China también planea lanzar una estación espacial permanente para proseguir sus investigaciones, la cual contará con un módulo central de 20 toneladas de peso, al cual se conectarán dos laboratorios para experimentos, una nave tripulada y otra de carga.

Pero todavía los ingenieros y científicos chinos tienen que dominar el acoplamiento de diferentes módulos en el espacio.

Esta tecnología comenzará a practicarse con un módulo experimental, el Tiangog I (Palacio Celestial I), de 8,5 toneladas, al cual vendría a acoplarse una nave Shenzhou VIII no tripulada para probar el sistema.

Si todo sale bien, después vendrían las Shenzhou IX y Shenzhou X, las cuales tendrían taikonautas a bordo.

Sin embargo, la puesta en órbita de una estación espacial tendrá que esperar a la construcción de un cohete portador Larga Marcha-5, con mayor capacidad de impulso, que usará como base de lanzamiento un nuevo centro cósmico en la sureña isla de Hainán.

El subjefe del proyecto espacial tripulado, Zhang Jiaqi, informó que ya se comenzó a seleccionar a un grupo de espacionautas que tripularán la proyectada estación orbital, la cual tendrá entre cinco y siete miembros.

La nueva generación de futuros viajeros espaciales de la nación asiática será seleccionada entre los pilotos de la fuerza aérea.

El eventual envío de una misión tripulada a la Luna tendría lugar entre 2025 y 2030, pero ello conllevaría numerosísimos retos científicos y tecnológicos para el joven programa espacial de China.

Hasta ahora la nación asiática ha estado dando pasos cuidadosos, pero sólidos, en el desarrollo de sus exploraciones cósmicas, progresando por etapas.