¡Castellanos, qué bueno siembra usted!
Plateados incisivos resaltan en la dentadura sobre la cual repite el particular alborozo. Es el gustazo de un hombre al cual la complacencia de ser productor lo coloca en el centro de sus intereses personales: esposa, hogar, trajines remuneradores y desprendidas relaciones con la vecindad.
Tras jubilarse en la Cooperativa de Producción Agropecuaria Jesús Suárez Gayol, de Camagüey, Ignacio Castellanos Cedeño, hizo los matules junto a su esposa Lidia Fajardo Tirado, edificando un acogedor hogar en la zona El Tejar, otro sitio prodigioso en la geografía del municipio Santa Cruz del Sur, donde hay mucha gente reanudando constancias sobre la fecunda tierra.
La manigua allí, hace cuatro años, exponía aspecto imperativo, pero quedó derrotada en enfocadas ofensivas sobre filoso machete. “Ya puede usted observar… aquí todo es comida, no para negocio. Lo que se recoge se consume en la casa, ayudamos a vecinos y nos permite alimentar varios animales”.
Para este impetuoso guajiro, de andar ligero, cada segundo es imprescindible, tanto en el patio creado, extendido a 15 cordeles, como en las tareas hogareñas.
“Si no fuese por el apoyo de Ignacio, las cosas no andarían bien en esta morada. Tengo achacosas las piernas, por lo que siento temor cuando salgo al patio… una caída sería fatal a mi edad; lo construido no debe derribarse por una insensatez”, diserta Lidia Fajardo Tirado, quien hizo brillar escuelas y aulas desde su otrora tarea: auxiliar de limpieza.
Allí la ternura permanece en vigorosa altura, tras deleitarse en la fragancia del maracuyá, el sosiego propio del monte y la fidelidad siempre prosperada a través del tiempo.
Aunque suene repetitivo esta pareja nació el uno para el otro. En esta etapa donde se encuentran nada ha perdido tonalidad: “Porque lo sensual lo mantenemos…”, señala revelador el jovial Castellano.
El rendimiento del área tiene enlace hacia la pasión útil, obteniéndose plátanos fruta, macho y fongo, además yuca, frijol caballero, calabaza, ají cachú y malanga. Otro logro lo ofrece una variedad de café brasileño. Del paladeo en más de una colada fuimos partícipes.
“¡Compa! vuelva, ni se lo cobramos a la entrada ni a la salida”, inquiere humorístico santacruceño, quien regresa dispuesto a lo que resta por hacer. En el hasta pronto nos emerge una expresión que parodia una canción del Benny: ¡Castellanos, qué bueno siembra usted! (Raúl Reyes Rodríguez/ Radio Santa Cruz)