La paz, una prioridad de la agenda internacional cubana

La paz mundial continúa siendo una quimera para muchos gobernantes, expertos y pueblos, pero Cuba confía en que mantener el planeta libre de conflictos armados es una meta posible, de ahí su interés por trabajar ese empeño.

Cuando se hace referencia a la paz, seguridad y desarrollo es necesario acudir a los principios elementales del derecho internacional; sin este, es imposible lograr un reconocimiento en función de generar condiciones favorables para la constitución de un entorno armónico en el cual la acción humana es fundamental.

Actualmente, algunos sujetos de las relaciones internacionales cuentan con una capacidad militar económica o tecnológica que les permite actuar sin ninguna restricción que no sea la autodefinida como conveniente a sus intereses, condiciones o necesidades.

Los actos contrarios a las reglas establecidas por el derecho internacional cuestionan su presencia y dificultan su aplicación y eficacia, puntualiza el politólogo Jesús Gallego en su artículo titulado "Sobre el reconocimiento, consideraciones sobre la paz en el orden internacional".

En esa dirección, el presidente del Movimiento Cubano por la Paz y la Soberanía de los Pueblos de Cuba, Silvio Platero, declaró a Prensa Latina que la isla caribeña proseguirá de manera permanente sus esfuerzos por la paz en medio de la convulsa situación que vive el mundo, en ocasiones al borde de una gran conflagración.

Subrayó que la nación antillana constituye un faro en este sentido y como líder de Consejo Mundial de La Paz es un deber jugar un rol más dinámico.

No estamos conformes, pero seguiremos trabajando por ese objetivo, puntualizó Platero.

Con ese compromiso Cuba contribuye sirviendo de escenario a los diálogos de paz que se desarrollan en La Habana, en el que participan el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo.

Con Cuba y Noruega como garantes y Venezuela y Chile como países acompañantes, estas conversaciones ya lograron consensos en los puntos de reforma rural (mayo de 2013), participación política de las FARC-EP (noviembre de 2013) y drogas ilícitas (mayo de 2014).

La mayor de las Antillas sigue realizando acciones concretas por la paz mundial, primeramente cumplimos con lo aprobado en la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños realizada en La Habana en enero pasado, recordó Platero.

Allí los líderes de la región -señaló- acordaron mantener la zona libre armas nucleares y de conflictos bélicos.

En el mundo seguimos siendo una guía en este sentido, y ejemplo de ello también son nuestras misiones sociales y la presencia médica en diferentes y distantes latitudes, destacó el presidente del Movimiento Cubano por la Paz y la Soberanía de los Pueblos.

En septiembre pasado durante el debate general de la V Reunión de Estados Partes de la Convención Sobre Municiones en Racimo realizado en San José, Costa Rica, Cuba pidió mantener el respeto por los principios del Derecho Internacional Humanitario, al tiempo que condenó la muerte de personas inocentes en guerras injustificadas.

El concepto de daños colaterales que se nos pretende imponer como inevitable, ofende a la naturaleza humana, subrayó el representante de la isla caribeña, Rodolfo Benítez, al intervenir en la cita.

La muerte de personas inocentes, en cualquier circunstancia y lugar, debe ser rechazada, dijo Benítez, quien enfatizó que el derecho humano fundamental es el derecho a la vida.

En el tema de las municiones de racimo nuestra posición de principios es clara, señaló, pues Cuba apoya firmemente la prohibición y eliminación total de ese tipo de armas y condena su uso.

Los efectos nocivos de estas armas no son compatibles con los principios y normas del Derecho Internacional Humanitario, porque ocasionan daños inaceptables a la población civil, incluso mucho tiempo después del cese de las acciones combativas.

Apoyamos el establecimiento de una Zona Libre de Municiones en Racimo en América Latina y el Caribe, la que debe ser extendida a todas las Américas, expresó.

Asimismo recordó que la mayor de las Antillas no es signataria de la Convención sobre Municiones en Racimo, pues las autoridades expresaron con franqueza objeciones respecto a la manera en que se negoció la Convención.

Defendemos el principio de que los instrumentos internacionales en materia de desarme, de los que se derivan implicaciones para todos los Estados, deben ser discutidos y adoptados, de manera transparente e inclusiva, en el marco de las Naciones Unidas y no fuera de ella, puntualizó.

Es la mejor manera de contribuir a la posterior universalidad y efectiva implementación de esos instrumentos, aseguró el diplomático.

Nos preocupa, además, que las ambigüedades e inconsistencias de varias disposiciones de la Convención, afecten su aplicación uniforme y efectiva por todos los Estados.

Por ejemplo, explicó, la definición de munición en racimo que se emplea en la Convención, excluye determinados tipos sofisticados de esas armas.

Todas las municiones en racimo deben ser prohibidas, no debe haber excepciones para algunas de ellas por razones del número de submuniciones explosivas que contengan, o bajo el argumento de que están equipadas con mecanismos de autodestrucción y autodesactivación, advirtió.

Ningún dispositivo técnico puede ser ciento por ciento confiable, manifestó Benítez.

Añadió que ninguna mejora tecnológica, por sí sola, puede resolver los problemas de índole humanitaria que estas armas plantean.

Excluir de la prohibición a municiones con mecanismos sofisticados termina beneficiando a países desarrollados que disponen de la tecnología y recursos necesarios para fabricarlas, advirtió Benítez.

Insistió en que Cuba está dispuesta a contribuir en todo lo posible al objetivo de la prohibición y eliminación total de las municiones en racimo y el estricto respeto del Derecho Internacional Humanitario.

Recientemente, el director general de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (Opaq), Ahmet Üzümcü, reconoció que Cuba ha jugado un papel constructivo dentro del organismo en sus 17 años de vida.

La Habana brinda su apoyo a otros países de la región en la aplicación de los acuerdos de la Convención sobre las Armas Químicas, y su gobierno reiteró su disposición de continuar el trabajo en ese sentido, señaló Üzümcü .

El directivo turco dijo que la nación caribeña demostró su alto nivel de conocimiento en materia de toxicología, por lo que la intención de la Opaq es continuar beneficiándose de esa experiencia para promover los acuerdos de la convención en América Latina y el Caribe.

Explicó que cada país miembro de la organización necesita crear una legislación que le permita cumplir con los acuerdos de la convención, Cuba cuenta con ese soporte legal, por tanto está en posición de ayudar a otras naciones en la consecución de ese objetivo.

Por Joel Michel Varona/ Periodista de la redacción Nacional de Prensa Latina