Che: No porque haya caído su luz es menos alta
47 años se cumplen hoy de la muerte del Che en Bolivia, aunque la vida nos ha demostrado una y otra vez que los hombres como él no mueren, sino que están destinados a perdurar en la Historia.
No es la imagen grabada en un pulóver o en una bandera los que nos hace pensar en él, sino su lucha a favor de los pobres de la Tierra y sus ideas revolucionarias, esas que lo convierten en un paradigma y anda por los más inhóspitos rincones del mundo.
El recorrido que hiciera por toda Latinoamérica, con su amigo Alberto Granados, avivó en él el deseo de cambiar la realidad que vivía el continente en aquel momento; entonces, como el Quijote, partió con la adarga al hombro, a socorrer alos más necesitados.
El compromiso que tuvo con esas y otras tierras, hicieron del Che un hombre internacional, y por suerte fue en la Cuba nuestra donde echó sus raíces.
Junto a Fidel y los demás expedicionarios del yate Granma luchó en la Sierra Maestra; fue el primero en alcanzar los grados de Comandante, y uno de los jefes de las columnas encargados de la invasión desde Oriente hacia las regiones occidentales.
Tras el triunfo de 1959, ocupó varios cargos en la dirección de nuestro país; sin embargo, sus ansias de liberar a otros pueblos oprimidos fueron más fuertes y, en contra de la voluntad de muchos, decidió continuar su marcha, para contribuir a un mundo mejor.
El Che viaja primero al Congo y luego a Bolivia, donde es capturado y asesinado; pero no porque había caído su luz fue menos alta. De ahí en lo adelante se multiplicó, su esencia vive en miles de mujeres y hombres que hoy luchan por la emancipación de millones de personas que están en la miseria y la explotación.
Tras casi medio siglo de la desaparición física del Guerrillero Heroico, todavía queda mucho camino por recorrer; hoy el mundo tiene un gran reto: luchar por el mejoramiento humano, esa constituye la premisa de nuestro tiempo, pero para ello debemos seguir aprendiendo del Che.
Por Edel Blanco Duarte/ Radio Cadena Agramonte.
