Trabajadores santacruceños del deporte recordaron crimen de Barbados

Trabajadores santacruceños del deporte recordaron crimen de BarbadosEn meditativo peregrinar los trabajadores del INDER (Instituto Nacional de Deportes. Cultura Física y Recreación), recorrieron en horas de la mañana de este lunes algunas de las cardinales vías de esta localidad, llevando en alto la enseña nacional. Junto a ellos iban también glorias del deporte, atletas discapacitados y familiares de deportistas. Todos llevaban en el recuerdo el monstruoso crimen que causó la muerte a 57 cubanos, 11 guyaneses y cinco coreanos.

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La asesina acción terrorista hizo explotar una nave de la aerolínea cubana, que efectuaba el vuelo CU-455, procedente de Bárbados. Luis Posada Carriles, atroz autor intelectual de este acto violento, destruyó las vidas de personas inocentes, entre los muertos, el equipo nacional de esgrima, que había ganado el Campeonato Centroamericano en Caracas.

Las voces de los traseuntes se volvieron casi imperceptibles, la consternación colocó un nudo en las gargantas a cada habitante. No hubo ahora lágrimas, pero sí suficiente firmeza, tan enraizada como nuestras palmas reales, para seguir condenando la injusticia.

Hasta el cementerio local llegó la masiva procesión, dos de sus integrantes colocaron una ofrenda floral en el panteón donde descansan los restos de atletas santacruceños, quienes desde el sepulcro eterno sancionan la afrenta ocurrida hace más de tres décadas.

Clara González Verdecia, profesora de Cultura Física, luego de recordar el hecho, indicó cómo los autores del vandálico suceso no han sufrido aún el castigo que merecen. “Son asesinos formados por la CIA. El propio Posada Carriles confesó que ellos son financiados y protegidos por la Fundación Cubano Americana”.

Para impedir este tipo de acciones, cinco jóvenes profesionales decidieron luchar contra el terrorismo lejos de la patria que los vio nacer. “tres de ellos, puntualizó, siguen presos a pesar de ser totalmente inocentes. Por eso los lazos amarillos hondean en todas partes y las voces solicitando su libertad no se apagarán hasta que no regresen a Cuba”.

Expresiones

Cuando se produjo el inhumano acontecimiento Ester Hernández Garrido, era una joven de 18 años, recién egresada de la Escuela Provincial de Profesores de Educación Física Piti Fajardo. “Fue un crimen horrendo, sin embargo Fidel se encargó de manifestarles a los terroristas: Cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla. Esos atletas yacen en el Olimpo de los mártires”, expone Ester Hernández, Metodóloga de Inspección.

“Fue un crimen catastrófico”, evoca Yuniel La Hera Escalona, administrador en el INDER. “El dolor ha llegado hasta las nuevas generaciones, pero no se pierde la fe… algún día se penarán a los autores y patrocinadores del inolvidable sabotaje Los cubanos, y los familiares de los extranjeros que venían a bordo, no olvidamos”.

Dayamí Núñez Durán, Jefa de la Cátedra de Cultura Física en el poblado Cándido González, se indigna cuando habla de la total libertad con la que viven los verdaderos sanguinarios. “Ellos deberían estar tras las rejas y no Gerardo, Antonio y Ramón. Nuestros hermanos son Héroes, no asesinos a sueldo. El terrorismo destruye la humanidad”. (Raúl Reyes Rodríguez/ Radio Santa Cruz)