El ébola y las bombas de la “Tercera Guerra Mundial”
Cual Pedro por su casa andan los Estados Unidos por el mundo, llevando su Guerra contra el terrorismo, en complicidad con los propios mercenarios extremistas para desestabilizar gobiernos naturales no afines a sus intereses como hicieron en Irak, Afganistán y Libia, para luego, con el pretexto de destruir el Estado Islámico (EI) -tal es el caso de Siria-, bombardear a diestra y siniestra sin ni siquiera contar con el Gobierno y pueblo de ese país.
Al desparpajo bélico estadounidense se adhiere ahora “legalmente” el Parlamento británico, con luz verde para lanzar bombas de Londres sobre Irak, en una escalada que, según el primer ministro David Cameron, es una campaña contra el (EI) que puede durar años.
También el Parlamento británico en el 2003 se sumó a la cruzada USA para derrocar a Sadam Husein, con la misma farsa de que esa nación árabe poseía armas de destrucción masiva, ¿esfumadas? tras los bombardeos indiscriminados que dejaron al país en ruinas y en un avispero guerrerista que nadie sabe cuándo y cómo terminará.
Mientras las bandas extremistas y quienes las combaten reciprocan muertes y más muertes de civiles inocentes, el ébola que se expande por el África Occidental mata diariamente a más de 200 personas, en su mayoría hambrientas y hacinadas cual rebaños en endebles casuchas, sin agua potable ni mínimas condiciones de vida.
¿Cuánto han invertido Estados Unidos, Israel y sus aliados europeos en guerras, solamente este año?
Si ese multimillonario capital se hubiera invertido en ayudar a quienes viven en extrema pobreza y no en enviar drones y bombas para acabar con el “terrorismo” -pretexto para usurpar la riqueza del petróleo-, la destrucción del planeta, de la humanidad, no estaría tan cercana.
Cuba tenía médicos en el África y mandó más para combatir la epidemia que puede convertirse en universal. La primera respuesta de Estados Unidos, como en Haití y en todos los lugares donde atisba la posibilidad de expandir su dominio, fue enviar tres mil militares, cuando en realidad hace falta que se acallen las explosiones y se extiendan millones de manos con recursos materiales y alimentos para atajar esa guerra silenciosa que es el ébola, la cual no entiende de pretextos bélicos, de OTAN ni de marines USA, aunque se parezca mucho a ellos. (Foto: Archivo)