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La lucha de un pueblo por sus héroes

La lucha de un pueblo por sus héroesCuando el 12 de septiembre de 1998, tras un aparatoso operativo del Buró Federal de Investigaciones (FBI), fueron detenidos cinco jóvenes cubanos acusados de espías, no les ocuparon ni la mínima evidencia acusatoria. Sin embargo, tan pronto Héctor Pesquera (ex-director del FBI en Miami) avisó de los arrestos a Ileana Ross Lehtinen y Lincoln Díaz- Balart, comenzó el festín revanchista de la ignominia a la justicia y las “enmiendas” de la Constitución de los Estados Unidos.

Con tales ¿pruebas? era evidente la inocencia de Ramón, Gerardo, Antonio, René y Fernando ante tamaña acusación de espías y de poner en peligro la Seguridad Nacional USA; más, si ellos asumieron con valentía que buscaban información en las filas contrarrevolucionarias que desde los Estados Unidos agredían a Cuba con las bombas C-4 suministradas por los terroristas Luis Posada Carriles y Orlando Bosch, a mercenarios extranjeros para ser detonadas en lugares turísticos y concurridos de esta Isla.

De la mata se caía la venganza de la Ross Lehtinen y Díaz Balart, acérrimos amigos de los “guerreros” de Miami y partidarios de sus “militares” hazañas contra la Isla.

Esta vez sí, desde ese “país” aparte que es Miami, gestarían y librarían una vendetta política que no pudieron alcanzar con el caso del niño Elián González, por la solidaridad internacional y el apoyo del pueblo estadounidense, también decisivo ahora para la liberación de Gerardo, Antonio y Ramón, los tres que permanecen aún encarcelados.

Y allí en la principal guarida terroristas donde capea por su irrespeto amenazante –hasta para el gobierno que lo patrocina- Posada Carriles celebró el manipulado proceso judicial que, de entrada, violó las quinta y sexta enmiendas constitucionales de los Estados Unidos: “(…) a nadie se le privará de la libertad sin el debido proceso legal (…), y (…) en toda causa criminal, el acusado gozará de ser juzgado rápidamente y en público por un jurado imparcial (…).

En la cuna de la mafia anticubana dilataron el juicio, sobornaron a periodistas, armaron un gran show propagandístico para presionar la opinión pública de Miami y el jurado “seleccionado” rechazó contundentes pruebas de los abogados de la defensa. Se ensañaron, con premeditación y alevosía “política”, cargaron con pesadas e injustas condenas a René González y Fernando González, quienes cumplieron hasta el último día, pero faltan Gerardo Hernández -sentenciado con crueldad a dos condenas perpetuas y 15 años de privación de libertad, como si pudiera resucitar tres vidas para saldarlas-, y Ramón Labañino y Antonio Guerrero, cuyas libertades dependerán de todos nosotros, del reclamo internacional que no puede acallarse nunca.

Si ellos no descansan, si los versos y las mariposas de Antonio revolotean el universo sobre una sentida carga de colores patrios, y las caricaturas de Gerardo, sus mensajes desde el confinamiento oscuro, logran soles de risas, amor indestructible y optimismos, cual los poemas íntimos de Ramón, ese gigante que no se rinde jamás…no podemos cansarnos nosotros. (Imagen: Archivo)

Por Rolando Sarmiento Ricart/ Colaborador de Radio Cadena Agramonte.