Adiós a los “cubaneos”

Adiós a los “cubaneos”Frases como “qué vuelta”, “acere”, “el jevito” o “la jevita”, “chao pesca´o” y otras similares, colman hoy las conversaciones de no pocos cubanos. Y es que al parecer, en un afán por vulgarizar el lenguaje, estos “cubaneos” se han traspolado a todos los espacios de la vida pública.

Así, lo mismo escuchamos a dos amigos despedirse en la calle con el muy extendido “nos cogemos” (nos vemos más tarde) que nos sorprenden los “qué bolá” en medio de cualquier pasillo universitario, o en las letras de las canciones más pegadas y que tanto divulgan la Radio y la Televisión.

Lo cierto es que, sin importar el cuándo o el dónde, los jóvenes, e incluso algunos que ya no lo son tanto -porque a pesar de ser un fenómeno relativamente nuevo se ha convertido en una especie de mala moda-, abusan del lenguaje como si este fuera a la imagen y semejanza de cada quien.

Por supuesto, vale decir que esta situación no es exclusiva de los cubanos, sino un mal extendido -para no ser absolutos- en casi todas las sociedades contemporáneas.

Pero no solo la oralidad se ha visto afectada por estos llamados solecismos. Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, son hoy un arma de doble filo cuando de lenguaje se trata. Si bien es cierto que constituyen un medio idóneo para la protección y promoción de las lenguas maternas y la diversidad lingüística; también atentan contra el correcto uso de los códigos lingüísticos, una vez que se crean nuevas y reducidas formas para la comunicación.

Ante tales desavenencias, la enseñanza de la lengua materna constituye una real necesidad, y no por antojo o algún tipo de elitismo, sino por la significación del lenguaje para los hombres: es la base de la comunicación misma, y como tal forma parte de todos los procesos de socialización, constituye un importante instrumento para el aprendizaje, y través de él el hombre conceptualiza su realidad circundante.

En Cuba, hace ya algunos años se aplica en todos los centros educativos el llamado Programa Director de la Lengua Materna, cuya esencia es extender a todos los ámbitos de la vida docente la promoción de los usos sociales de la lengua.

No se trata únicamente de promover el debido empleo del idioma, sino de crear una cultura lingüística en los estudiantes, basados en la preponderancia del lenguaje en casi todos los espacios de la vida social.

Cada 21 de febrero, desde 1999, el mundo celebra el Día Internacional de la Lengua Materna, ocasión propicia para repensar el uso que hacemos del idioma, como herramienta fundamental para aprehender y comunicar nuestro entorno más inmediato y el que trasciende las fronteras del tiempo. Por Arailaisy Rosabal García/ Colaboradora de Radio Cadena Agramonte.