Amar a través de la música
El amor siempre ha sido privilegiado por la música, y viceversa: también la pasión, el afecto carnal y sentimental, han dado vida a no pocas canciones. Y es que la una y la otra han hecho un par inseparable desde el momento en que el hombre descubrió los encantos de una melodía. Y así será por los siglos de los siglos.
No existe, creo, un solo músico sobre la faz de la tierra que no le haya cantado al amor. Si ahora mismo sacásemos la cuenta del cúmulo de canciones que han existido a lo largo de los años, más del 95 por ciento hablarían del amor, en sus más diversas formas.
Seguramente no son pocos los enamorados que se han regalado una canción, y la guardan con el mismo recelo que al amor que los envuelve. Lo mismo sucede con quienes han encontrado en la música la mejor aliada para llamar la atención de la persona que tanto le atrae, o con aquellos que descubren en la letra de alguna canción la inspiración de la vida misma.
Por supuesto, hacer una lista de cada una de las situaciones en que hemos recurrido a la música, amor por medio, sería imposible; tanto como escoger del sinfín de creaciones musicales aquella que más se nos ajusta.
Sin embargo, hay por ahí quienes tienen su propio inventario de las 10, 20 o 30 mejores canciones sobre el amor -casi todas contemporáneas y de naturaleza anglosajona-, y las publican en algún que otro sitio en Internet.
Pero como los cubanos somos unos eternos enamorados de cuanto tiene que ver con nosotros mismos, para hablar de canciones de amor prefiero recurrir a aquellas que se hacen en casa.
El tema “Intimidad”, del dúo Buena Fe, es de esas buenas piezas musicales que hablan del amor de pareja límpido, sin tapujos, sin necesidad de terceros: Destierra de tu mente los prejuicios de aquellos que se aman como ceras con la teatralidad de las novelas y olvida ese maldito fuera. En nuestra intimidad, no quiero ni amigos ni enemigos, no más, no quiero reuniones, convenciones qué va, solo te quiero a ti y a ese ser tan raro que tengo por mí.
Pero si de declaración de amor se trata, son Yolanda y Sandra, del emblemático Pablo Milanés, las dos canciones cubanas por excelencia: Cuando te vi sabía que era cierto, este temor de hallarme descubierto; tú me desnudas con siete razones, me abres el pecho siempre que me colmas, de amores. Así cantó Pablo a quien fuese su primer amor.
Mas, con los años, convencido de que el amor no siempre es eterno escribió: Sandra, prefiero pensar que nuestro amor es mortal (…) que existe el cansancio y que nuestro espacio lo pueden violar (…) pero el corazón me arde y aunque no lo quiera me salen canciones.
Sin embargo, por desgracia, en el amor no todo es color rosa. Y es entonces cuando aparece ese sentimiento de despecho del que no han logrado escapar muchos: Qué te importa que te ame, si tú no me quieres ya, el amor que ya ha pasado no se puede recordar, fui la ilusión de tu vida, un día lejano ya, hoy represento el pasado, no me puedo conformar.
Y aunque se acostumbra a asociar más al amor con las relaciones de pareja, la música ha sabido abrir su diapasón hacia todas y cada una de las aristas del llamado sentimiento más universal.
Amigas, es tal vez el ejemplo más ilustrativo del canto a la amistad en la música cubana. Narra la historia real de cuatro mujeres que se reunieron un buen día para hacer música, y se enamoraron locamente de ella: Amigas como ha pasado el tiempo, como han llovido inviernos en nuestros corazones. Amigas aún recuerdo el momento en que soñamos juntas interpretar canciones. Te acuerdas de aquella melodía que le cantaste un día a tu primer amor (…) Entonces, cantemos con el alma, cantemos como siempre viviendo en las palabras. Cantemos lo que es la vida misma.
Hay también quienes le han dedicado letras y melodías a su tierra natal, a la Patria, como una forma de profesarle su amor. En eso los cubanos han sido tremendos, pero sin dudas la más universalizada de las canciones en ese sentido es Cuba, qué linda es Cuba.
Hasta el amor por las cosas simples de la vida tienen sus propias canciones, y aquí volvemos a retomar las letras de Pablo Milanés: Yo me quedo con todas esas cosas, pequeñas, silenciosas, con esas yo me quedo. Ya no quiero hablarte de otras cosas, más dignas, más hermosas, con esas yo me quedo.
Amor y música son una, de hecho sería bien difícil imaginar la una sin la otra, porque sin dudas, la mejor manera de amar es a través de la música. Si todavía no lo intentas, aún estás a tiempo.
Por Arailaisy Rosabal García/ Colaboradora de Radio Cadena Agramonte.