Al sur

Porvenir de amor productivo

Porvenir de amor productivoUn beso del principal productor de El Porvenir, acaricia como rocío fresco la mano dócil de la amada. Es la tierra prodigiosa testigo de esta caballeresca acción, que Manuel Milanés Guevara le entrega con razón de enamorado, desde el primer sí recibido, a Elsa Corzo Reyes, la esposa a la cual considera su alma gemela.

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Las espigas del maíz parecen escoltar un patio, insertado hace ocho años en la Agricultura Urbana de Santa Cruz del Sur. Esta área, gracias al crecimiento productivo que tiene, ya posee la distinción de Excelencia, muestra fehaciente del aporte a la sustentabilidad local.

Fue necesario meterle fuerte al marabú y las malas hierbas para despejar el terreno, que luego ofrecería desprendida fertilidad a los sembradíos. “Mucho sudor fue forzoso derramar inicialmente para preparar los surcos donde se plantarían las primeras semillas. Como todo comienzo, cuando se trata de agricultura, fue de total empuje. Se logró poco a poco, sin tregua, para dejar todo bien limpiecito y destronconado, hasta completar la media hectárea (DOCE cordeles)”, comentó Milanés.

“Me cuido para mantener la belleza femenina. Sembrar y recoger después no significan descuidarse. Cuando me dispongo a hacer cualquier tarea en cualquier parte de esta área, no dejo de pintarme y ponerme más bonita. Eso debe agradar a la naturaleza, pero más que todo, le encanta, a mi cónyuge”, dice la Corzo Reyes.

El concluido 2012 tuvo un cierre muy positivo. Un cultivo semiprotegido ya ofrece considerables aportes. Más de 50 quintales de viandas y hortalizas: lechuga, berenjena, zanahoria, acelga, calabaza, tomate, entre otros, además del plátano y el boniato tienen una excelente demanda por parte de la población. “Para el actual 2013 queremos llegar a los 80 quintales de viandas y vegetales”.

La materia orgánica es el esencial fertilizante para mantener los nutrientes en la superficie cultivada. “Cuidamos mucho el terreno ya que intercalamos las siembras. Cada dos ciclos se le echa la materia orgánica. Algo importante es el combate de las plagas: el pulgón, la mosca blanca… son las más comunes. Tenemos plantíos para este fin de escopetúa, barreras de maíz, el árbol del nim y la trampa de colores”, expuso el aguerrido usufructuario.

Una sentencia de Martí se hace realidad. “Es muy cierto que el hombre crece con el trabajo que sale de sus manos”, señala Silvano Aldana Gamboa, albañil en el contingente de la construcción Ignacio Agramonte. “Tengo 60 años, pero me siento como un caguairán. Por las tardes cuando llego del trabajo me pego a dar guataca. Es un deber, estoy ligado a esta familia, soy el esposo de una hermana de Manuel. Cada día me siento mejor de salud. El trabajo ennoblece el alma. Lo triste es ver el plato vacío”.

Roy Manuel Milanés Corzo es voluntarioso. En cuanto se levanta le da de comer a los curieles y pineos. “Pero mi principal deber es estudiar, ya estoy en octavo grado y deseo salir bien en las asignaturas. Cuando se requiere de mi presencia en cualquier tarea del patio soy el primero, porque mis padres se esfuerzan mucho y no puedo quedarme atrás. Como pionero debo apoyar a que se produzcan bastantes alimentos. Es un honor hablarle a mis compañeros de esto. Mi patio posee reconocimiento a nivel nacional”.

Algunos achaques propios de la edad no le permiten a Nancy Guevara Pérez hacer actividad agrícola. “Pero sí tengo la responsabilidad de llevar el agua fría al mismo centro de los surcos, además de tener el almuerzo listo cuando se me pide servirlo. ¡Oiga!, Cupido hace mucho tiempo que flechó la cocina. No es por nada, si quiere ni lo publique, pero sé darle el punto exacto a mi sazón”.

Yenisbel Rosabal Milanés, cursa los estudios secundarios. Cuando termina de botar otra carretilla cargada de la mala hierba, durante una intensa jornada de escarde, responde dispuesta a nuestras interrogantes. “Voy bien, tengo buenos resultados académicos. No les doy dolores de cabeza a mis padres en ningún sentido. Me satisface contribuir con mis tíos cuando se trata de plantar o recoger algún producto. Los fines de semana es cuando tengo mayor oportunidad. Eso me ayuda a desconectar, a sentirme bien, sobre todo útil”.

Una laguna cercana abastece de agua un anchuroso canal, lo que posibilita a través de una turbina de dos pulgadas y un sistema de regadío, llevar el vital líquido a las áreas cultivables. “Los compañeros de la Agricultura Urbana local me han entregado incluso utensilios de trabajo, la malla para el semiprotegido, el alambre de púas para la cerca, un triciclo para trasladar la mercancía, y no nos falta cuando la solicitamos, la materia orgánica… y muchas más cosas”, asevera Manuel.

El punto de venta, donde se decepciona la mercancía para ser vendida, fue mejorado, manteniendo la estructura de madera. Los productos que allí se sitúan tienen salida continua por la excelencia de su calidad y frescura. Al fondo del kiosco crecen esbeltas nueve variedades de plantas medicinales, manteniendo una constante demanda por los pobladores, en busca de la caña santa, sábila, quita dolor o la escoba amarga. Una medicina alternativa siempre disponible al necesitado.

“Como un hijo para mí es El Porvenir… vaya digo más, es mi vida. Lo quiero tanto que ya sin él no me sentiría feliz. Es el sustento de la familia… de mucha gente, parientes o no. Lo que da la tierra lo compartimos muchas veces sin esperar nada a cambio. Otra cosa, de poeta no tengo nada, pero tanto me inspira, que lo considero un raudal de amor productivo”. (Radio Santa Cruz)