Una muralla de manos blancas, negras y mulatas en solidaridad con Los Cinco

Una muralla de manos blancas, negras y mulatas en solidaridad con Los CincoEl 2013 acaba de comenzar y ya comienza a cursar el decimoquinto año de la injusta retención en Estados Unidos de René González, Ramón Labañino, Gerardo Hernández, Fernando González y Antonio Guerrero; condenados allí por prevenir a Cuba de actos terroristas.

Aunque alguien pudiera pensar que en el caso de René el presidio terminó desde su salida de la prisión el 7 de octubre del 2011, lo cierto es que aún continúa preso aunque no se encuentre tras los barrotes.

Otra denominación no puede recibir el hecho de que después de cumplir ejemplarmente con la injusta sentencia que le impusieron en el 2001, todavía no pueda estar junto a los suyos en Cuba, y que ni siquiera le hayan permitido asistir al nacimiento de su primer nieto: Ignacio René.

Razones como esas son las que motivan a decenas de hombres y mujeres de bien a reforzar las acciones de solidaridad el quinto día de cada mes; ya sea enviando postales, correos electrónicos o mensajes en las redes sociales al presidente norteamericano Barack Obama, quien paradójicamente ostenta un Premio Nobel de la Paz.

Cada vez que reflexiono en torno al caso de Los Cinco me resulta sumamente contradictoria la imagen del mandatario estadounidense abrazado de su familia cuando resultó reelecto en noviembre de 2012 o el descanso familiar que se tomó para fin de año en Hawai, mientras impide que los antiterroristas cubanos puedan regresar el seno de sus respectivos hogares. No me explico cómo alguien pueda dormir tranquilo con esa carga sobre sí.

No queda otra opción que consolidar cada vez más ese jurado de millones –como denominara Gerardo Hernández Nordelo a los amigos que defiende la causa de Los Cinco- para que el pueblo norteamericano al fin conozca la realidad sobre el asunto y pueda presionar a su presidente. Es esa la única alternativa ante la posición arbitraria de un sistema judicial del que nada favorable puede esperarse cuando de la Revolución Cubana se trata.

La otra alternativa está en cambiar el “menú mediático” impuesto por los grandes medios de la comunicación los cuales son en realidad instrumentos de control ideológico al servicio del imperio", como en más de una ocasión alertara el presidente del Parlamento Cubano Ricardo Alarcón de Quesada.

Ello es posible a través de ese fenómeno comunicacional que son las redes sociales.

Se trata de hacer, en fin, una muralla de manos blancas, negras y mulatas para consolidar ese enorme cordón de solidaridad por los Cinco.
Por Yamylé Fernández Rodríguez/ Radio Cadena Agramonte.