Solsticio de invierno, ¿momento de despedirnos o vitorear?

Solsticio de invierno, ¿momento de despedirnos o vitorear? La Habana, 18 dic. – El 21 de diciembre de 2012, al margen de la congoja para algunos debido a augurios de fin del mundo, estaremos en un día de jolgorios en muchas culturas mientras rogamos por una Tierra mejor.

Supuestos pronósticos mayas ensombrecieron la fecha de tanto relieve, aunque científicos y descendientes de esos americanos originarios, otorgaron interpretaciones diferentes, plan de fin de una era y comienzo de otra.

Pero el Solsticio de invierno es mucho mas que tales previsiones, incluso representa momento de encuentro, de plegarias en caso de los religiosos y de nuevos votos, siempre a partir de determinados acontecimientos del 21 de diciembre celebrados desde hace mucho.

El Solsticio de invierno corresponde al momento en que la posición del Sol en el cielo se encuentra a la mayor distancia angular negativa del ecuador celeste.

Como vocablo, esta palabra deriva del latín Sol, de igual manera se interpreta como Sol y Sístere, que se traduce como permanecer quieto. Comentan que desde el año 45 ANE, el 25 de diciembre se determinó en el calendario juliano como el solsticio de invierno europeo, a diferencia del año civil y del año tropical.

En complejas cuentas se trasladó el día asociado con el solsticio astronómico, con un adelanto de tres días cada cuatro siglos, por tanto careció de la precisión actual hasta 1582, cuando el papa Gregorio XIII cambio el calendario (calendario gregoriano).

El Solsticio de invierno del hemisferio norte llega aproximadamente el 21 de diciembre, cuando se celebra. Realmente la fecha fluctúa, pero no es necesario considerar la variación, pues solo se nota en un día cada tres mil años.

Como cultura, las interpretaciones son variadas, por ejemplo, para los celtas en Irlanda la temporada invernal inicia el 1 de noviembre, día de Samhain y termina en Imbolc o la Candelaria del 1 al 2 de febrero. Al margen de enredos astronómicos o tradiciones y culturas diferentes, cuenta con puntos esenciales comunes para muchas personas en este mundo, mientras para otras es un día común y corriente como los demás.

En dibujos del Neolítico y la Edad del Bronce se conservan diseños que apuntan entonces a sitios particulares para esta fecha como los puntos arqueológicos de Stonehenge, en el Reino Unido; y Nueva Grange, en Irlanda.

El misterio se afinca en que los principales ejes de esos monumentos parecen estar cuidadosamente alineados hacia la salida del Sol del solsticio de invierno en el caso irlandés, y hacia la puesta en el británico.

De facto, el Gran Trilithon de Stonehenge se erigió desde el centro hacia el exterior del grupo de piedras.

Se imponía una celebración antes de iniciar el invierno, incluido en el jolgorio vino, cerveza, carne fresca y, por lo tanto, en la actualidad muchas personas, religiosas o no, siguen tradiciones, fiestas y hartazgo de solsticio, incluidas prácticas sexuales debido a la fertilidad como concepto.

Existen muchos ejemplos, el Inti Raymi o Fiesta del Sol del imperio inca en honor del dios Sol o Inti, también se celebra en los Andes del hemisferio sur, o ceremonias por los sacerdotes incas.

En tanto, el calendario Maya era un sistema complejo, integrado a su vez por varios calendarios con interacción entre sí; desde el punto de vista religioso regía toda la vida social y estipulaba los momentos de cosecha y guerra.

En esencia, los mayas empleaban tres calendarios que funcionaban a la par, a partir de sus enlaces. Mencionan como el primero al calendario Tzolkin, sagrado, de 260 días, con 20 meses.

Le seguía el calendario civil nombrado Haab, de 365 días, con 18 meses de 20 días, más cinco días adicionales; y luego estaban los calendarios de cuenta larga, imprescindibles para sucesos a más largo plazo.

Este último calendario inicia desde el comienzo de la existencia humana que para los mayas era el 11 de agosto de 3114 y para organizar mejor esa cuenta, el calendario se dividía en ciclos nombrados Baktun.

Y este es el que nos ocupa, en particular el baktun 13, o por lo menos nos atañe desde 2009 cuando comenzó la atención sobre presunto fin del mundo.

La "afirmación" alude al 21 de diciembre de 2012 porque se espera que acabe el baktun 13. Pero algunos expertos interpretan la fecha sólo como la culminación del baktun 13, fin de un punto y comienzo de otro.

Ese hecho aún pervive y provoca oleadas de turistas hacia la ruta maya compuesta por México, Guatemala, Belice y Honduras.

Pero ojo, son siete profecías, y la primera señala: "El mundo de odio y materialismo terminará el sábado 22 de diciembre (noche del 21) del año 2012 y con ello el final del miedo, en este día la humanidad tendrá que escoger entre desparecer como especie pensante que amenaza con destruir el planeta o evolucionar hacia la integra(PL)