Sembrar más caña equivale a más ingresos

Sembrar más caña equivale a más ingresosComo promedio de la zafra en Cuba, una tonelada de azúcar se logra con 10 de caña molidas en los ingenios, y si este volumen del endulzante el país lo vendiera en el mercado internacional al precio de principios de este mes, representarían ingresos por cuatro mil 835 dólares.

De acuerdo con las cotizaciones de inicios de este mes, con esa cantidad de dinero se podrían importar 5,74 toneladas de diesel o 8,24 de fuel-oil, ambas utilizadas en la generación de plantas termoeléctricas; 2,4 de pollo entero o 14,5 de trigo panificable…

O se adquirirían nueve toneladas de arroz las cuales cubrirían por un año la canasta familiar normada de 235 personas, la de la cuota, como decimos los cubanos, producto que comprarían subsidiado en el comercio minorista.

Son estos solo algunos pocos ejemplos de lo beneficioso que significa aumentar el rendimiento agrícola de los cañaverales.

Una de las principales provincias azucareras en Cuba, Camagüey, terminó la última cosecha de la gramínea con rendimiento agrícola de 37,3 toneladas por hectárea, ligeramente superior al de la contienda precedente, y que es bajo para los propósitos de elevar la producción y la eficiencia.

Por su favorable régimen de lluvias, este año se presenta muy bueno para incrementar el tonelaje de los campos de retoños y de las cañas nuevas, o sea, las nuevas siembras.

En el semestre inicial, cuando se desarrolló lo que los campesinos llaman campaña de primavera, Camagüey plantó nueve mil 230 hectáreas, cerca de cuatro mil por debajo de lo que se había propuesto en la etapa.

De tal forma, en la segunda mitad del año, la conocida como siembra de frío, la provincia pretende sellar más de 12 mil hectáreas para alcanzar lo que planificó en 2012.

Sin duda, es empeño grande, complicado incluso porque la preparación de la tierra ha afrontado contratiempos por la propia lluvia.

Aparte de que la maquinaria de acondicionamiento del terreno aliste la superficie, alcanzar la meta anual necesita de suficientes brazos para mantener el rendimiento alto en los meses de julio, agosto y septiembre, cuando todavía las precipitaciones de la estación húmeda hasta el fin de octubre beneficien la germinación.

¿Qué hacer entonces?

En dos ocasiones, en junio y julio, Camagüey revivió las grandes movilizaciones de voluntarios para la siembra, experiencia de la Revolución hasta los años 80 del pasado siglo, a fin de asegurar mucha caña para las zafras.

Por estos días alguien comentó a este reportero de la AIN: “Desde hacía años no veía pasar por la carretera -la principal vía interprovincial en el centro-oeste del país- muchos camiones y guaguas con gente para la siembra.”

La mayoría de quienes dejaron parte del descanso dominical para ir al campo a plantar caña en bien de la economía nacional fue la nueva generación de voluntarios, de jóvenes que no conocieron personalmente aquellas movilizaciones.

Es así como Camagüey, y también las demás provincias azucareras de Cuba, pueden conseguir las grandes siembras de caña que demanda el país para poner en marcha durante la zafra a todos sus centrales.

Sacarle dividendos al azúcar, como los ejemplos mencionados, son ventajas para cada cubano en el propósito de avanzar en medio de este mundo en crisis y caótico. El momento es propicio. Hay que aprovecharlo. (Por Lucilo Tejera Díaz, AIN)