Protegen cuentas hidrográficas del extremo oriental cubano

Guantánamo, 13 jun .- Más de 20 millones de pesos se invirtieron en la última década en el mejoramiento y conservación de suelos de las cuencas hidrográficas Toa y Guantánamo-Guaso, dos de las 10 priorizadas por el Estado cubano.

Esos espacios constituyen la “casa común” de sus habitantes, donde el escurrimiento de las lluvias forma corrientes fluviales secundarias o principales, explicó hoy a la AIN el Máster en Ciencias Oscar Borges Escandón, investigador de la Estación de Suelos Guantánamo.

El colectivo es el creador de una tecnología integral que coadyuvó a convertir a Cuba en el primer país latinoamericano acreedor del Premio Salvando las Tierras Secas (1999), otorgado por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

Jesús Leyva Granado, otro científico de la entidad, cifró en 95 mil las hectáreas atendidas, el 75 por ciento correspondiente a las dos grandes cuencas mencionadas, y el resto a las subcuencas Jamal-San Luis, Jaibo, Yateras, Bayate y Guayabal, entre otras.

Cooperativistas, integrantes de las unidades básicas de producción cooperativa, y empresas estatales se favorecieron del asesoramiento y ayuda técnica previstos en el programa, aseguró a la AIN Leyva Granados.

Precisó que la iniciativa incluyó acciones sencillas de conservación del terreno: construcción de tranques, creación de barreras y siembra de coberturas viva y muerta, para evitar la acción erosiva del escurrimiento del agua y de la gota de lluvia.

Mis fincas elevaron los rendimientos por esas medidas, corroboró a la AIN Obed Rodríguez Clapé, presidente de la Cooperativa de Producción Agropecuaria Antero Regalado, dedicada a la producción de coco en La Perrera, paraje ubicado a la vera del río Toa, el más caudaloso de Cuba.

Otra acción ejecutada por los ingenieros y técnicos de Guantánamo es la corrección de cárcavas, fenómeno provocador de incalculable daño a los terrenos.

En el Programa Nacional de Conservación y Mejoramiento de Suelos, figura la lucha contra esos zanjones provocados por las aguas, surcos que devienen perjudiciales gargantas de la tierra.

La estrategia de los científicos para erradicarlas consiste en colocar en el área afectada tranques y barreras formadas con planta de raíces fibrosas, restos de otros árboles y piedras, para evitar el arrastre de la capa cultivable, cuando llueve.

Además de las dos cuencas guantanameras, el país prioriza la protección de las formadas por los ríos Cuyagüateje, Ariguanabo, Almendares-Vento, Hanabanilla, Zaza, Cauto, Mayabeque y Mayarí. (AIN)