Lo que dejó Su Santidad en Cuba

Lo que dejó Su Santidad en CubaUn titular acaparaba las primeras posiciones hoy temprano en el buscador Google: Lo que dejó Su Santidad en Cuba. De sus ocho párrafos cuatro contienen citas de Cubadebate, publicación digital cubana de la cual dicen irónicamente se dedica a combatir al “terrorismo mediático”, como si este último fuera una invención del gobierno cubano.

El subtítulo del artículo esclarece su contenido “Régimen y ciudadanos evalúan el periplo de Benedicto XVI”. Evidentemente la opinión del “régimen” es la de Cubadebate y los “ciudadanos”, millones de cubanos, están representados por una sola voz, la de Yoani Sánchez, que al parecer es la única digna de ser escuchada, más bien leída al menos por los internautas que accedan a la edición digital de El Universal de México.

Sinceramente, da risa que el autor piense que un lector serio e instruido vaya a creerse el cuento de que una sola opinión, venida de una persona que se dedica en cuerpo y alma a desacreditar, manipular, tergiversar y mentir descaradamente sobre la realidad cubana, sea la que mejor exprese el sentir de la mayoría del pueblo, pueblo que por demás acogió con respeto y amor al papa Benedicto XVI.

Entiendo que la cibermercenaria cubana, al servicio de intereses extranjeros, sienta la frustración de no haber podido disminuir un ápice el éxito de la visita del Papa a Cuba. Mas es lamentable que un periodista, enviado especial de ese medio de prensa, habiendo podido entrevistar a los cubanos que acudieron a las calles y plazas para recibir a Su Santidad, escogiera citas del blog de Yoani Sánchez.

Bueno, a esta altura de la Revolución no se pueden pedir peras al olmo. Y tampoco se puede seguir creyendo que la humanidad es retrasada mental. La obra de Cuba es bien conocida entre quienes han sido beneficiados por ella, y es mucho más evangélica que la de quienes se dedican a fabricar pretextos para invadir países, matar civiles inocentes y robarse los recursos naturales de esas naciones.

Sería interesante saber por qué dos Sumos Pontífices, Juan Pablo II y Benedicto XVI quisieron visitar esta amada Isla y bendecir a todos sus hijos. Sin entrar en detalles, esos gestos por sí solos hablan de la simpatía y el cariño que se siente por Cuba en todo el planeta a pesar de las calumnias que a diario se levantan, desde hace más de 50 años, alrededor de la Revolución Socialista y sus líderes.

Y aunque esta no sea la única respuesta, pienso que ha inclinado la balanza a nuestro favor la solidaridad demostrada con creces hacia los más necesitados, el estar hombro a hombro al lado de los que luchan por un mundo mejor no se puede silenciar, menos en esta época donde el acceso a Internet posibilita otra alternativa, una visión diferente a los acontecimientos que ocurren. Y la máxima autoridad de la Iglesia Católica, así como sus colaboradores más cercanos están al tanto de eso.

En vano se esfuerzan los que piensan que mintiendo van a alcanzar engañar a muchos. Siempre habrá incautos que caerán y solitos se levantarán porque la verdad no necesita que nadie la defienda, ella sola se abre paso.

Y no me contradigo con esa afirmación porque en estas líneas no estoy defendiendo nada, solo expresando mi opinión que puede coincidir o no con la de Usted.

Si quiere alguien hacer un trabajo serio y responsable, pregúntele a los miles de peregrinos que asistieron a las misas, entre ellos la mayoría fieles católicos, pero también personas de otras confesiones religiosas y no creyentes. Pregúntenle al pueblo lo que dejó Su Santidad en Cuba. (Iliana Pérez Lara/ Radio Santa Cruz)