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Desarme nuclear o debacle atómica: ¿cómo conjurar el desastre?

Desarme nuclear o debacle atómica: ¿cómo conjurar el desastre?Afirman los estudiosos del tema que en los arsenales existentes a escala planetaria se almacenan no menos de 23 mil artefactos nucleares, de los cuales casi ocho mil están listos para ser utilizados ahora.

Se trata de una amenaza que parecería contraproducente e inverosímil para mucha gente si se toma en cuenta a ciertos voceros, quienes se encargaron de divulgar los riesgos del desastre bélico atómico, los cuales –según ellos- fueron conjurados a partir de la desaparición de la Unión Soviética en el noveno decenio del pasado siglo, y que la titulada Guerra Fría pasó a mejor vida con la denominada “victoria de la democracia” frente al peligro rojo.

Sin embargo, lo cierto es que Washington, el otro gran oponente de aquellos tiempos, ha estado bien poco interesado en poner coto a la carrera de las armas, todo lo contrario.
A falta del “comunismo” acuñó otros enemigos, como el “terrorismo”, vestido a conveniencia de sus intereses imperiales, a lo cual ha sumado, además, el “riesgo” proveniente de otras naciones “hijas del mal” que pretenden hacerse de artefactos de destrucción masiva.

Eso, sin descontar las presiones y el cerco que teje en torno a Rusia y China, los grandes blancos contra los cuales van dirigidas sus acciones agresivas en Asia Central y el Oriente Medio, y el intento de propinarles el primer golpe atómico sin respuesta posible por intermedio del titulado escudo antimisiles, al que ya se ha sumado buena parte de sus aliados de Europa Occidental.

De ahí que los riesgos de destrucción nuclear sigan pesando sobre la humanidad y resulte urgente la acción mancomunada de la verdadera comunidad internacional destinada a evitar semejante holocausto, el último en la historia de nuestra especie.

En consecuencia Cuba, que asumió el pasado año la presidencia de la Conferencia de la ONU para el Desarme, insistió hace apenas algunas semanas, en la necesidad de un acuerdo definitivo que termine con el peligro de la debacle atómica.

Al ocupar la tribuna del máximo organismo mundial, la representación de la isla mayor de Las Antillas recordó que las armas atómicas constituyen espada permanente sobre la cabeza de la humanidad, y denunció a aquellos sectores reaccionarios los cuales no vacilan en proclamar su posible uso contra pretendidos enemigos con el único propósito de imponer sus intereses a los pueblos del orbe.

A tono con esos criterios, durante marzo del pasado año la Ínsula presentó la iniciativa a Naciones Unidas para eliminar los artefactos atómicos en plazo no mayor de 25 años, así como para destinar la mitad de los actuales gastos militares globales a un fondo especial para el desarrollo económico y social de los países más necesitados.

La voz de Cuba ha recordado, además, que solo unos cuantos países del orbe poseen hoy armamento nuclear, y el resto del planeta necesita garantías de que nunca será víctima de tales medios de muerte y destrucción.

Con más razón cuando existe el primer precedente de bombardeos atómicos norteamericanos contra dos ciudades japonesas indefensas, Hiroshima y Nagasaki, en 1945, con el pretexto de acelerar la derrota nipona en la Segunda Guerra Mundial.

En consecuencia, se impone buscar todas las alternativas posibles para evitar acciones prepotentes de quienes pretenden hacerse del control mundial a cualquier costo, todo ello en medio del respeto más absoluto a los mecanismos multilaterales y los criterios de todas las naciones y pueblos sin excepción.

Posición que defienden de forma explícita los integrantes del Movimiento de Países No Alineados, tal como consta en sus documentos claves, y la recién surgida Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), entre otros representantes de la mayoría global. (Néstor Núñez/Servicio Especial de la AIN).