Fin de año candente en el Consejo de Seguridad
Naciones Unidas, 24 dic.- El Consejo de Seguridad, encargado de la paz y la seguridad mundiales, llega a la última semana del año envuelto en enfrentamientos públicos y nada diplomáticos entre sus miembros más importantes. La magnitud de la situación quedó en evidencia ayer cuando el embajador ruso y actual presidente de ese órgano, Vitaly Churkin, pidió a sus colegas de Estados Unidos y Francia que se relajen, reconsideren su actitud y dejen la impaciencia y el nerviosismo.
El detonante de la controversia radica en la pretensión de Washington y París de impedir una investigación por parte de la ONU de la muerte de civiles durante la campaña de bombardeos de la OTAN contra Libia, como reclama Rusia.
El pedido de Moscú cobró fuerza con recientes revelaciones del diario The New York Times sobre la existencia de decenas de víctimas mortales civiles a causa de los ataques de la alianza atlántica.
El pasado jueves, el representante permanente de Rusia ante la ONU denunció la existencia de una campaña de propaganda lanzada para presentar la intervención de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) como una operación perfecta.
La OTAN ha adoptado una postura propagandística afirmando la ausencia total de víctimas civiles en Libia, lo cual, "en primer lugar, es absolutamente improbable, y en segundo, no es verdad", dijo Churkin.
El diplomático también criticó las declaraciones del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien la semana pasada justificó la actuación de la OTAN en Libia con la resolución 1973 del Consejo de Seguridad.
Al respecto, el embajador ruso instó al titular de la ONU a ser más cauteloso en sus opiniones sobre asuntos de importancia que pertenecen a la competencia del Consejo.
Inmediatamente después de las declaraciones del emisario de Moscú, los jefes de las misiones norteamericana y francesa, Susan Rice y Gerard Araud, salieron a la palestra en defensa de la OTAN.
Con términos pocas veces escuchados en la ONU, Rice calificó de truco barato, rimbombantes y fraudulentos los reclamos de Moscú para investigar lo sucedido en Libia, mientras que Araud consideró que se trata de una estratagema del Kremlin.
Como contraataque, ambos embajadores embistieron contra la postura rusa hacia la crisis en Siria que pide condenar no solo al gobierno, sino también a los grupos opositores, por la violencia en ese país y se opone a aplicar sanciones contra Damasco, como pretenden Washington, París y Londres.
En respuesta a un periodista, Churkin rechazó cualquier vinculación entre ambos temas como objeto de negociación y consideró que tal proceder sería un intercambio cínico.
En estos momentos, el Consejo de Seguridad tiene sobre la mesa un proyecto de resolución presentado por Rusia la semana pasada y que denuncia "la violencia proveniente de todas las partes", entre ellas las autoridades sirias y los elementos extremistas.
Al mismo tiempo advierte sobre el suministro ilegal de armamento a grupos armados sirios y llama a "países vecinos y otros a adoptar medidas para evitar esos abastecimientos".
En octubre pasado, Rusia y China, miembros permanentes del Consejo de Seguridad junto con Estados Unidos, Francia y Reino Unido, vetaron una resolución que pretendía imponer sanciones contra Siria.
"Estoy preocupado con el Consejo de Seguridad, pues no se está avanzando en la buena dirección", expresó Churkin al hablar ayer a los corresponsales en la sede de la ONU en Nueva York.
Y reprochó a quienes pretenden que las cosas se tienen que hacer a su manera, ahora y no de otra forma, sin objeciones y sin admitir otros puntos de vista.
Esto no es bueno para el trabajo del Consejo de Seguridad, es una situación que lastima seriamente la habilidad del órgano para avanzar. Espero que mis colegas se relajen, reconsideren su actitud y abandonen la impaciencia y el nerviosismo, indicó. (PL)