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Los estertores de un imperio decadente

Los estertores de un imperio decadenteParece que nuestro poderoso vecino del norte, los Estados Unidos, transita por una nueva etapa de guerras intestinas, con situaciones candentes como la que atraviesa ahora con las protestas en diversas ciudades del estado imperial, con el Movimiento de los Indignados, reclamo manifiesto de algunos sectores que protestan por el sistema capitalista, y contra las guerras de Irak, Afganistán y Libia.

Hoy la nación norteña es un hervidero de hombres y mujeres que protestan no solo contra el sistema, si no también por las medidas financieras y sociales de recorte económico y empleos que llevan a miles de personas al despido, sin garantías de nada, ni soluciones a corto plazo.

Cientos de personas fueron arrestadas, y reprendidas por la policía, que se ha mantenido en pie para contrarrestar las justas demandas de los ciudadanos.
Una gran cantidad de ciudades han levantado sus banderas a favor de este movimiento, tomando plazas y calles, a pesar de la presión policial.

Por otra parte, y muy distinta de estas protestas económico-sociales, tenemos que ahora hay un resurgir de la ultraderecha con la aparición del Ku Klux Klan, una facción racista que en los dos siglos pasados, asesinó y linchó a miles de negros, y hoy se pronuncia en contra de los homosexuales y sus derechos y hasta del propio Barack Obama como presidente por su condición racial.

Asimismo, a pesar de la negativa de la Corte de Apelaciones de Atlanta, y de denegar el regreso de René González a Cuba, miles de norteamericanos se han mantenido en favor de la causa de los Cinco, y los cientos de comités por la liberación de los antiterroristas, lanzan sus mensajes de solidaridad con Cuba y de condena al sistema judicial norteamericano.

El imperio con su prepotencia, va cayendo cada vez más en crisis, y el pueblo norteamericano se desangra en recortes económicos y desempleos, lucha contra las hordas racistas que quieren hacer resurgir una época de horror y discriminación.

Son como la versión actualizada del otrora imperio romano. Una nación poderosa que se debate entre las tendencias internas entre el bien y el mal, y sus aspiraciones hegemónicas y expansionistas de dominio mundial.
Y como augura el refrán: “La manzana está sana en su corteza, su interior va pudriéndose, solo falta esperar”. Es el imperio decadente. (Hugo Betancourt Mayoral/ Radio Santa Cruz)