La paz no debe ser solamente preocupación de un día
El 21 de septiembre fue la fecha marcada para celebrar el Día Internacional de la Paz, declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), con vistas a fortalecer los ideales de armonía y prosperidad en cada nación y pueblo. La ONU declaró que ese día se observará el cese del fuego en los países en conflicto y la no-violencia a nivel mundial, e invitó a todos los estados miembros a festejar la jornada mediante la realización de actividades educativas y de sensibilización de la opinión pública.
Para el ojo desconocedor, esa actitud podría parecer plausible, y lo es, si las acciones y las declaraciones de la organización internacional no fueran desmentidas por su posterior actitud ante los conflictos y su posición al ver peligrar los intereses de sus miembros más poderosos.
Luego de la creación de la ONU, justo después del fin de la Segunda Guerra Mundial, continúan las confrontaciones entre pueblos, algunas debido a los afanes expansionistas de determinados estados; otros por diferencias religiosas y la mayoría -sobre todo en las últimas épocas- a causa de intereses económicos, entre los cuales se incluye la batalla por las reservas de petróleo.
Los conflictos entre países traen como resultado la devastación de ciudades, la muerte masiva de civiles, la pérdida de valores nacionales y miles de desplazados, nuevo tipo de víctimas, mucho más numerosas y que conlleva mayores responsabilidades para las autoridades internacionales.
Más de una denuncia han recibido los organismos autotitulados como responsables de mantener la paz, entre ellas las contínuas advertencias del líder histórico de la Revolución Cubana, el Comandante en Jefe Fidel Castro y los alegatos de la representación de Cuba ante la ONU.
Con motivo de la reciente agresión a la soberanía de Libia, el Ministerio de Relaciones Exteriores emitió un comunicado en el cual expone la impasibilidad de las Naciones Unidas ante los crímenes contra civiles perpetrados por la Organización del Atlántico Norte (OTAN).
El trabajo para garantizar la seguridad y la calidad de vida de cada ciudadano del mundo conlleva una carga de responsabilidad mucho mayor y no es solo cuestión de reflexión para un día señalado.
En Cuba, a la par que en el planeta entero, el movimiento por la coexistencia pacífica comenzó al terminar la barbarie guerrerista de la última contienda mundial, en la segunda mitad de la década de 1940.
Después de 1959, se crea y consolida la labor del Movimiento Cubano por la Paz y la Soberanía de los Pueblos, cuya razón de ser reside en alcanzar la paz mundial como prolongación de la convivencia democrática con oportunidades para todos por igual.
Intelectuales cubanos de la talla de Nicolás Guillén y Juan Marinello, entre otros, prestigiaron a esta organización que lucha por la promoción de la convivencia pacífica y contra todo de tipo de agresión, y a lo largo de su historia ha apoyado causas como la excarcelación de Nelson Mandela. (Por Yeneily Garcia, AIN)
