Desenfrenada y genocida venganza persiste a una década del 11 de Septiembre

Desenfrenada y genocida venganza persiste a una década del 11 de SeptiembreRazón tenía el novelista y periodista húngaro Sándor Márai, cuando escribió “Nunca son tan peligrosos los hombres como cuando se vengan de los crímenes que ellos han cometido”, palabras que cobran más fuerza en la actualidad ante el terror imperante en el orbe, impuesto por los Estados Unidos.

El reciente ajusticiamiento en Pakistán de Osama Bin Laden -líder de la organización paramilitar Al Qaeda-, generó no pocas dudas entre la opinión internacional. Y es que ciertamente su muerte encierra tantos misterios como su atentado a las Torres Gemelas, el mayor símbolo de la hegemonía y el poder de la gran potencia.

Este 11 de septiembre, a diez años del derrumbe donde perdieron la vida 2 602 personas, sin contar las que desaparecieron en los aviones secuestrados para la acción, la responsabilidad del gobierno norteamericano en el fatídico hecho ha suscitado una gran polémica.

Muchos investigadores se preguntan si realmente fue “Al Qaeda” la ejecutora de ese crimen terrorista -el más famoso de la historia- y apuntan a los autores en el propio suelo norteamericano.

Varios testimonios prueban que la CIA sabía que dos terroristas de Al Qaeda, habían entrado a Estados Unidos luego de asistir a una cumbre del grupo extremista y que negligentemente no lo comunicó al FBI, ni a otras dependencias del gobierno.

Otras investigaciones alegan que las Torres fueron demolidas por tres explosiones termonucleares subterráneas, información que concuerda con el llamado “plan de emergencia nuclear de demoliciones” para las Torres Gemelas, incorporado ya en la década de los 80.

También, un mes antes del suceso, los servicios de inteligencias ruso, egipcio, israelí, francés y alemán, advirtieron a sus homólogos estadounidenses de un grupo de terroristas especializados en secuestrar aviones, que pisaban suelo norteño y que planeaban ataques a gran escala dentro del territorio.

El derrumbe de las Torres Gemelas resultó el pretexto perfecto para, bajo el manto de arrancar de raíz el terrorismo, desatar una desenfrenada y genocida guerra en Afganistán e Irak, que luego de un decenio extendió sus garras a Libia y apunta sus cañones a Siria, con el único objetivo de controlar los recursos petroleros del Oriente Medio.

El afán por el poder de las grandes transnacionales norteamericanas, y no el sombrío sentimiento de venganza ha sumado a las víctimas del 11 de septiembre alrededor de un millón de muertos más en los “oscuros rincones del mundo”, y ha costado a los contribuyentes cuatro billones de dólares.

La tenaz cruzada contra el terrorismo que hoy lleva a cabo Estados Unidos, incluye la encarcelación de cinco cubanos, que luchaban en tierras norteamericanas contra actos de ese tipo; y excluye, por supuesto, a Luis Posada Carriles, autor de numerosas acciones terroristas contra Cuba y que hoy vive al amparo del águila imperial.

Tampoco contempla esta lucha a las ejecuciones extrajudiciales, los secuestros, los asesinatos, la creación de cárceles secretas, y las torturas, entre otras repudiadas acciones en el orbe.

En estos diez años de venganza, que no cesó, ni siquiera con la muerte de Bin Laden, y que muestran a diario el afán hegémonico de Estados Unidos y sus aliados, cabría preguntarse… ¿Hasta cuándo permanecerán impunes los verdaderos terroristas?
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or Airam Fernández Casas/ Radio Cadena Agramonte.