Cuba: Tres huracanes en nueve días
La Habana, 9 sep (PL) Por tercera ocasión en solo nueve días, los cubanos pusieron a prueba y confirmaron la eficacia de su sistema de defensa civil, al enfrentar tres mortíferos huracanes: Ike, Gustav, y Hanna.
Con una organización reconocida por agencias de las Naciones Unidas, toda la nación asumió el desafío como un llamado general de alarma de combate, a la postre el elemento clave.
La isla fue impactada por varios puntos de su caprichosa geografía por vientos que, en el caso del Gustav, llegaron a alcanzar la cifra récord de 340 kilómetros por hora a su paso por la provincia de Pinar del Río.
Es la primera vez en la historia de los registros meteorológicos nacionales, además, que tres huracanes azotan al estado insular caribeño en tan corto período de tiempo, como también lo es que dos de ellos –Ike y Gustav- entraron y salieron casi por los mismos puntos en el occidente.
Desolación y dolor; viviendas y edificaciones sociales demolidas; plantaciones de frutales, granos y vegetales desaparecidas; ríos desbordados; inundaciones y penetraciones del mar cientos de metros en la profundidad; ropa, alimentos, equipos electrodométicos y muebles destruidos.
Cultivos de importancia como el café, el arroz y de caña de azúcar arruinados; industrias detenidas; centros de producción avícola, porcina y lechera fuera de servicio; carreteras fracturadas o anegas; cientos de postes de transmisión de energía eléctrica y árboles arrancados o partidos.
Ike batió más de mil kilómetros de territorio sobre la isla. Más de 150.000 latas de café están en el suelo y la movilización para la recogida del grano será inminente.
El mundo ha observado una vez más la conducta de los cubanos frente a estas circunstancias excepcionales impuestas por la naturaleza en esta zona del planeta, donde el efecto del cambio climático es cada año más evidente y letal.
En todos los casos, tropas de las Fuerzas Armadas encabezaron en forma decisiva tanto las fases de preparación como de recuperación y apoyo a los damnificados.
El presidente cubano, General de Ejército Raúl Castro, se mantuvo en comunicación con los principales dirigentes en las provincias amenazadas.
El Jefe de Estado orientó a las máximas autoridades de cada territorio utilizar todos los medios disponibles para proteger las vidas humanas y los bienes y recursos tanto estatales como de la población.
“Su aliento y su mensaje de confianza y respaldo total en estas condiciones han sido vitales”, afirmaron.
Gustav impactó a 140.000 edificaciones, 90.000 de las cuales fueron viviendas.
Ike provocó la paralización de la producción de níquel, uno de los principales renglones de exportación de Cuba, y convirtió almacenes e instalaciones portuarias en zonas de desastre; tejas y cubiertas ligeras volaron de nuevo para convertirse en mortíferos proyectiles.
Cuatro personas murieron durante su paso: dos electrocutadas y las otras por derrumbes.
Ike, que penetró en Cuba con categoría cuatro en la escala Saffir-Simpson, de cinco, dejó medio centenar de muertos en Haití, entre estos 13 niños.
Casi dos millones de personas fueron evacuadas en Cuba en esta ocasión, como parte de las medidas de protección impuestas por la Defensa Civil. De las 14 provincias, 13 fueron puestas en fase de alerta o alarma ciclónica.
El país virtualmente se paralizó para hacerle frente. Paso a paso, minuto a minuto, los cubanos tejieron de nuevo su complejo entramado de incontables medidas y acciones para prevenir y protegerse ante situaciones de este tipo.
Un colega calificó al conjunto de tareas de la Defensa Civil como “un perfecto mecanismo de relojería”, en tanto otro afirmó que los cubanos asumieron los embates de Gustav, Ike y Hanna “como un gran ejército”. Cierto.
El líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, comparó las consecuencias del paso de estos fenómenos con un golpe nuclear.
Pero la temporada de huracanes en el Caribe no ha terminado. Una decena de estos se han generado hasta el presente y, según los pronósticos, antes del 30 de noviembre pueden formarse otros. Octubre es el mes de mayor probabilidad de torbellinos de gran intensidad.
¿Cuántos? Nadie se atreve a hacer semejante precisión. El organismo internacional que otorga los nombres a estos fenómenos dispuso otros 11 para lo que resta hasta esa fecha.
Kyle, Laura, Marco y ocho siniestros identificativos más están impuestos de antemano hasta llegar a Wilfred, que sería supuestamente el último.
¿Cuántos de estos impactarán el territorio de la isla mayor del Caribe? Tampoco es posible predecirlo.
¿Cuáles serán la respuesta y las claves de los cubanos? Organización, disciplina, solidaridad y respaldo incondicional de sus instituciones y dirigentes. Nadie quedará abandonado a su suerte.