Cuba, un eterno verano, pero responsable

Cuba, eterno verano responsablePara Alejandro y sus amigos, todos entre los 16 y los 19 años de edad, el verano es oasis esperado durante todo el año para escapar de las tensiones y cargas escolares del curso lectivo. Sin embargo, Iris López, madre del joven, consideró que para los muchachos comienza la diversión y el esparcimiento merecido por sus resultados escolares, sin embargo, para los padres, la temporada vacacional también representa la llegada de ciertas preocupaciones ante la actitud de los hijos.

La juventud a veces se desentiende de los riesgos que corren cuando van a presas, ríos, piscinas o playas, pues les gusta hacer acrobacias en el agua, ingerir bebidas alcohólicas, bañarse en lugares profundos y quedarse en el agua aunque ocurran descargas eléctricas, opinó.

Iris admitió que a la edad de Alejandro, 19 años, los padres no ejercen similar autoridad que cuando eran niños, pero los temores por el peligro latente se mantienen como instinto ancestral, los cuales deben encauzar para no agobiar a los vástagos.

Ante esas inquietudes de madres, padres y población en general, anualmente la dirección del Ministerio de Salud Pública en Cuba emite el plan de verano para informar a las personas sobre los principales riesgos que se corren durante los meses de la etapa vacacional, y las medidas para prevenirlos.

La accidentalidad es de los problemas de salud más frecuentes en esta época del año, determinada por el incremento de las actividades colectivas, la incorporación a centros de recreo y los traslados masivos de personas en medios de transporte que, en ocasiones, incumplen las medidas de seguridad y de tránsito.

El doctor Leonardo Ramírez, director del Centro de Higiene y Epidemiología en la provincia de Camagüey, refirió que existen normas y legislaciones para reducir a la mínima expresión los accidentes.

Entre las más importantes, señaló el directivo, es evitar el consumo de bebidas alcohólicas, pues el estado de embriaguez puede desencadenar eventos fatales, detrás del timón o en lugares peligrosos como las playas, piscinas y ríos, a los que acuden los cubanos para refrescar el intenso calor.

El código vial vigente, con la aprobación de la Ley 109 en marzo de 2011, sanciona la ingestión de alcohol tanto para choferes como para los acompañantes, y los excesos de velocidad, con multas que van desde la cancelación de la licencia de conducción hasta el decomiso del vehículo.

En los lugares de recreo, donde por políticas comerciales se venden esas bebidas, resulta de vital importancia la responsabilidad personal, las medidas de autocuidado, evitar el consumo dentro del agua y exigir la efectividad de la vigilancia de los salvavidas y la señalización de lugares profundos.

Cuba es un país tropical con el privilegio envidiable de convertirse en eterno verano, pero responsabilidad y diversión deben caminar juntos en estas vacaciones y así evitar tragedias que “agüen”, para siempre, la fiesta de la vida. ( Por Lianet Leandro López, AIN)