Así se conforma el poder del pueblo
Desde el inicio de los procesos eleccionarios en la etapa revolucionaria, con los comicios generales de 1976, la condición de candidato, ha sido el resultado de la participación y las decisiones de la mayoría de los ciudadanos, nominación a la que se tiene derecho y es aceptada por libre y espontánea voluntad.
Cuando en 1993 se votó por primera vez de manera directa por los delegados provinciales y diputados, el porcentaje de asistencia fue 99,62 y en las elecciones municipales de 1995, las personas que acudieron a las urnas fueron el 97,1% de los inscriptos, y ese índice de participación siempre ha sido superior, porque es de esa forma que interviene el pueblo cubano en las decisiones administrativas del país.
El protagonismo de las masas comienza cuando los vecinos asumen en las asambleas de barrios el derecho a proponer a los que consideran, reúnen los méritos idóneos y tienen la suficiente capacidad para ser aspirantes a delegados en las circunscripciones, y se prolonga en la potestad que se le otorga a estos ciudadanos, de proponer mediante sus organizaciones sociales y de masas a quienes consideran deben aspirar a ocupar los escaños en las Asambleas Provinciales del Poder Popular o a ser diputados en el máximo órgano legislativo nacional.
Este año en toda la isla se desarrollarán las elecciones parciales que se realizan por un período de dos años y medio, a las que cada cubano acudirá a elegir al más capaz, al que verdaderamente sea el representante de las masas en las inquietudes cotidianas de la comunidad, donde enriquecer la obra colectiva es el objetivo principal de cada delegado seleccionado.
Realmente ese es un privilegio de los cubanos porque en ninguna otra nación, el pueblo, en su calidad de elector, postula a las personas que integrarán las estructuras representativas del Estado, pero aquí sí, eso es tener en cuenta a todos los integrantes de una nación, porque es así como se conforma el poder del pueblo.
(Por: Yamilé Agrenot Castillo / Radio Santa Cruz)