¡Libertad para los Cinco ya!

¡Libertad para los Cinco ya!Once años han pasado desde que Gerardo Hernández, Fernando González, Antonio Guerrero, René González y Ramón Labañino, aquel 12 de septiembre de 1998, alrededor de las cinco de la mañana, fueran detenidos y trasladados a un edificio del FBI en Miami, para, según palabras de Ramón Labañino,  “una entrevista de ‘convencimiento’ para que colaboráramos y traicionáramos, con ciertas promesas a cambio".

Se iniciaba así un largo y tortuoso camino en el proceso judicial declarado contra cinco compatriotas, acusados de realizar actividades de inteligencia contra el gobierno de los Estados Unidos.

¡Cuanto sacrificio, valor y abnegación en aras de defender las conquistas de su país!  Imposible de describir los momentos de riesgo, de vigilia, de incertidumbre, y todo para hacerse de la confesión necesaria, de la información correcta desde las propias entrañas de la mafia anticubana, para con ella alertar sobre los actos terroristas y de hostigamiento que los grupúsculos miamenses y toda la cúpula de la Fundación Nacional Cubano Americana, organización contrarrevolucionaria, ponía en práctica para socavar la estabilidad y firmeza del proceso social iniciado en Cuba el Primero de Enero de 1959.

Durante estos once años de encierro en las distintas cárceles norteamericanas, los valerosos hijos de la Patria de Martí, se mantuvieron firmes como endurecidos caguairanes, majestuosos en la altura del ejemplo, de lealtad a la Patria, a su pueblo, a la humanidad.

Han sido once años que como eslabones de una cruel cadena, se insertan en sus vidas, que aún con el dolor de la nostalgia por las raíces y los seres amados, se agitan amenazantes ante sus captores que se ridiculizan y se empequeñecen ante lo más sagrado del hombre, su dignidad.

Este 12 de septiembre se cumple otro año más de encierro para Gerardo, Ramón, Fernando, René y Antonio, pero aunque estén separados en las cárceles de los Estados Unidos, en el silencio de la madrugada o la oscuridad del aislamiento, tendrán la certeza de que no están solos, que entre tanta mentira e infamia, existe la voz de un pueblo, la solidaridad de los buenos del mundo, que proclama la confianza en la justicia, en el hombre, con el grito unánime de ¡Libertad para los Cinco ya!

(Por: Hugo Betancourt Mayoral / Radio Santa Cruz)