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Día Mundial del Agua: voluntad colectiva

Día Mundial del Agua: voluntad colectivaLa Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 2013 Año internacional de cooperación en la esfera del agua. El por qué la organización encargada de velar por el cumplimiento de la Declaración Universal de los Derechos Humanos se muestra tan preocupada por un tema como la distribución de los recursos hídricos no es un enigma: el agua potable disponible hoy no alcanza para cubrir las necesidades de toda la población mundial.

Desde que en el año 2000 la ONU anunciara los controvertidos Objetivos de Desarrollo del Milenio, una larga lista -tal vez incompleta- de los principales problemas que aquejan al mundo, ya era una necesidad inmediata reducir la elevada proporción de personas sin acceso sostenible al agua y por ende, a los servicios básicos de saneamiento.

“Casualmente”, para aquellos que viven aún en el umbral de la pobreza y son víctima de la hambruna, también el agua se torna “escurridiza”. Y es que para algunos la humanidad parece ser una cadena de males sin fin.

Nadie duda de la perentoriedad del agua para la supervivencia misma: indispensable para la producción de alimentos, para la salud y para la propia estabilidad política y social. Hay quienes afirman que si las guerras mundiales del pasado estuvieron motivadas por las ansias de expansión y las diferencias políticas, las que están por venir serán desencadenadas precisamente por la escasez de agua.

Y no es una exageración. Si Estados Unidos asesina civiles en Iraq, Afganistán y Libia, y tiene en la mira a Irán y Siria por controlar los pozos petrolíferos del Oriente Medio, no sería difícil imaginar lo que podría suceder cuando las reservas de agua se tornen más insostenibles. Sépase que solo el 2.5% del agua del planeta es dulce.

Si a eso le sumamos la irreversible distribución desigual de los recursos hídricos, el uso insostenible, la sobrexplotación y la contaminación desmedida, el panorama “pinta” más desesperante. Ya se ha dicho que la explotación en nombre del desarrollo es una barbaridad.

Aunque muchos gobiernos del mundo -conscientes de la necesidad mayúscula del agua- apuestan por programas de ahorro y empleo sostenible, lo costoso de su aplicación le hace perder toda objetividad. Habría que preguntarse entonces si son acaso puro telón.

Actualmente alrededor del 20 % de la población mundial no tiene acceso al agua potable, lo cual empeora sobremanera las condiciones higiénico-sanitarias, causantes de enfermedades diarreicas que pueden llevar a la muerte.

Lo cierto es que necesitamos de una voluntad colectiva y verdadera en el uso racional del agua. Únicamente así, ahorrando cada cual su gota, lograremos tener agua para todos. Por Arailaisy Rosabal García/Colaboradora de Radio Cadena Agramonte. (Imagen: Archivo)