Leonard Weinglass: Todavía tenemos vías legales en el caso de Gerardo
Bernie Dwyer, de Radio Habana Cuba, entrevistó vía telefónica a Leonard Weinglass desde su oficina en Nueva York -uno de los abogados que representa a los Cinco Cubanos– sobre la situación legal de Gerardo Hernández, Antonio Guerrero, Ramón Labañino, Fernando González y René González. Leonard Weinglass es el abogado de Antonio y en estos momentos es también abogado defensor asistente para Gerardo en la apelación del Habeas Corpus.
Los Cinco Cubanos, como se les conoce internacionalmente, han estado encarcelados en los Estados Unidos desde su arbitrario arresto hace doce años por cargos de conspiración para realizar espionaje y, en el caso de Gerardo Hernández, conspiración para cometer asesinato en primer grado. Su presunto “delito” fue infiltrar grupos terroristas en Miami que planeaban continuar su guerra no declarada contra el pueblo de Cuba y la Revolución Cubana.
Bernie Dwyer (RHC): Es difícil creer que doce años después nosotros aún estemos discutiendo el caso de los Cinco Cubanos; que todavía estén en cárceles dispersas en los Estados Unidos y que aún busquemos vías legales y otras formas para que las campañas por su liberación logren atraer la atención del presidente de los EUA Barack Obama sobre el caso para que éste tome una decisión al respecto. ¿Pudiera Vd. hacer un pequeño resumen de lo acontecido desde que fueran arrestados doce años atrás, el 12 de septiembre del 1998?
Leonard Weinglass: Es una cronología que refleja la injusticia en este caso. Los Cinco debieron haber sido devueltos a Cuba poco después de su arresto, como es lo habitual cuando se trata de extranjeros detenidos en los EUA realizando misiones para sus países de origen y sus actividades no han causado daño alguno en territorio estadounidense. Existen varios ejemplos, hace poco tuvimos el caso de los agentes rusos que fueron enviados de regreso a su país luego de permanecer detenidos por menos de 30 días. En este caso específicamente, en el que los Cinco no causaron daño alguno, sino que estuvieron en los EUA para frustrar actividades terroristas dirigidas contra Cuba, claramente, ellos debieron ser devueltos a su país.
En cambio, fueron sometidos a crueles condiciones de confinamiento, enjuiciados injustamente en una ciudad que no podía proporcionarles un juicio justo, victima de la mala conducta de sus fiscales, y castigados a excesivas e ilegales condenas de cadena perpetua.
Tomo 7 años después del arresto, para que un panel de jueces de apelación dictaminase que el juicio efectuado en Miami fue una violación elemental de sus derechos, dictamen éste que no fue tenido en cuenta tras una solicitud expresa del Ejecutivo por motivos políticos.
Le tomó 10 años a un panel dictaminar que las cadenas perpetuas impuestas por la jueza eran una violación de las normas tradicionales para dictar sentencia en los EUA, para que años más tarde, la misma abochornada jueza, en un juicio de re-sentencia, disminuyese la condena de Antonio a 21 años, la de Ramón a 30 y la de Fernando a 19, mientras Gerardo permanece con dos cadenas perpetuas.
Y pasaron 10 años para que un juez, en un acto formal de disentimiento, finalmente reconociese la verdad, que Cuba tiene el derecho de defender su espacio aéreo; a la par que se re-examinaba el caso de Gerardo, en el que un análisis razonable de las pruebas demostraba su inocencia.
Luego de que la Corte Suprema rechazara su apelación en el 2009, a pesar del gran apoyo, sin precedentes, incluyendo 10 premios Nobel, las asociaciones jurídicas de muchos países, todo el Senado de México, y dos ex-presidentes de la Unión Europea, nos encontramos ahora, en el 2010, presentando para Gerardo lo que se llama ataque colateral o una revisión del Hábeas Corpus en este caso.
Nosotros formalizamos la demanda de revisión el 14 de junio de 2010 y presentaremos un Memorándum de Ley el 11 de octubre. El gobierno contará con 60 días para responder y luego se supone que para finales de este año o principios del 2011, tengamos una audiencia sobre las demandas de Gerardo en Miami. Si perdemos allí, vamos a apelar a la Corte del Onceno Circuito de Apelaciones, y si perdiéramos allí también, entonces le pediremos otra vez a la Corte Suprema que revise el caso. De manera que todavía tenemos vías legales por donde seguir.
BD: ¿Pudiera Vd. Dar más detalles sobre cuál es la base del proceso legal que se lleva a cabo en estos momentos a favor de Gerardo Hernández?
LW: Son tres las principales demandas que hacemos. La primera es que el gobierno de los EUA se involucró en una mala conducta al pagarle a varios renombrados reporteros en Miami para que escribieran artículos con una naturaleza propagandística, contra el gobierno de Cuba, para Radio y TV Martí y a la vez estos reporteros durante el día también escribían artículos y hablaban sobre los Cinco en los medios locales. Dichos artículos y comentarios fueron muy perjudiciales y exacerbaron la hostilidad de esa comunidad. El Gobierno, que tiene la obligación legal de asegurarle a todos los acusados un juicio justo en una sede imparcial, estaba pagando a reporteros que publicaban los materiales difamatorios que distorsionaron el caso. Según se conoce, esto nunca antes había ocurrido. Nosotros hemos argumentado que eso fue una violación del debido proceso y le estamos solicitando a la Corte que revoque la condena y que una vez más o bien libere a Gerardo, o envíe su caso a otra sede para que pueda tener un juicio justo. Existe un argumento incluso más fuerte, que si se demuestra lo sucedido, Gerardo no puede ser juzgado nuevamente, sino que debe ser liberado en el acto en tanto fue erróneamente puesto en situación de vulnerabilidad por conducta indebida por parte del gobierno la primera vez.
La segunda demanda es más bien técnica. El gobierno tiene la estricta obligación de entregar cualquier elemento en sus archivos que hubiera podido ayudar a Gerardo en la defensa de su caso. Lo que no sucedió. En cambio, ellos ocultaron pruebas que hubieran demostrado su inocencia. Nosotros sostenemos que también ocultaron imágenes satelitales que hubieran demostrado que el derribo del 24 de febrero del 1996 sucedió en el espacio aéreo cubano y no en el espacio aéreo internacional. Hasta el momento, la principal agencia del gobierno de los Estados Unidos que recopila datos satelitales se ha negado a admitir o negar que ellos posean tal información.
Por último, hemos planteado que hubo una percepción errónea por parte del abogado de Gerardo sobre los principios de ley internacional por los que debió regirse éste caso y que no tomó las medidas necesarias para asegurarle a Gerardo un juicio justo. Este fue el primer caso en la historia en el que un individuo que residía en los EEUU en el momento de los hechos es acusado de conspirar con pilotos de la fuerza aérea de otra nación quienes cumplían con su deber al defender el espacio aéreo de su país. Tal acusación estaba más allá de cualquier cosa que cualquier abogado de los EUA hubiera enfrentado jamás. Debió haberse efectuado una revisión completa y exhaustiva de los principios de ley internacional que le hubieran permitido a Gerardo una defensa irrefutable contra la acusación de conspirar para cometer asesinato. En estos momentos le estamos proporcionado a la Corte una declaración de 15 cuartillas elaborada por un eminente profesor de Derecho Internacional quien explica en detalle cómo debió proceder la corte y la defensa en este caso sin precedentes. Incluso más allá de ello, como concluyese el Juez Kravitch, el gobierno falló en demostrar que Gerardo tenía algo que ver con lo ocurrido aquel día; y, que en cualquier caso, debió ser declarado inocente.
BD: Vayamos ahora a los casos de los otros cuatro y en qué etapa están legalmente. Podríamos comenzar con Antonio quien estaba cumpliendo una cadena perpetua más 15 años.
LW: Antonio está cumpliendo una condena de 21 años lo que quiere decir que en unos 7 años o incluso menos, quejaría libre para regresar a su país. Sin embargo, Antonio, al igual que Gerardo, también fue víctima de la conducta indebida del gobierno que pagó a reporteros por artículos perjudiciales para los Cinco. Por ello, Antonio reclama lo mismo que Gerardo, así como Ramón y Fernando. Antonio presentará su Hábeas Corpus en la primera semana de noviembre y hará las mismas solicitudes así como en lo referido la ocultación de información. Asumo que Ramón y Fernando harán lo mismo.
René está tan próximo a ser liberado en el 2011 que aún está por verse si el tendría que de iniciar algún proceso.
BD: ¿Cuál sería el resultado si el proceso tuviese éxito? ¿Pudieran ser liberados?
LW: Desafortunadamente irá a un juez en Miami, ante la misma jueza que estuvo en el primer juicio. No obstante, lo interesante es que puede ser que, si se dictamina que el gobierno de los EUA obró mal al pagarle a esos reporteros, los Cinco no serían llevados a juicio nuevamente pues bajo el principio de doble peligro, desde el principio, el Gobierno erróneamente violó sus derechos. Ya que éste los puso en peligro, no puede juzgarlos nuevamente. Ese es un tema que debatiremos y personalmente creo que tendremos éxito si asumimos que el Gobierno sea hallado culpable de conducta indebida.
BD: ¿Y todos estos casos sesionarán en la corte de Miami para fines de este año?
LW: Sí lo harán, ya sea para finales de este año o entrado el próximo año, o sea el 2011. Inicialmente tendrá lugar en Miami y si perdiésemos allí, entonces regresaremos a Atlanta ante el Onceno Circuito de la Corte de Apelaciones donde tenemos derecho a apelar.
BD: ¿Cree Vd. que las campañas que se están desarrollando en todo el mundo para la liberación de los Cinco están surtiendo efecto?
LW: Desde luego, debemos continuar con ellas y en todo caso, incrementarlas. No hay duda de que sí surten efecto. Recientemente, tanto agentes rusos como chinos fueron arrestados en los EUA por espionaje y, en todos los casos fueron o bien enviados a sus países o se le disminuyeron sus condenas. El resultado no está influenciado por cuestiones de política, ni de principios de ley o justicia. Incluso si se aceptaran los reclamos del Gobierno de que los Cinco estaban involucrados en espionaje, y no el sentido más realista de que intentaban acabar con el terrorismo, sus penas están más allá de las que se impondrían en cualquier país civilizado. Como pocos casos en la arena internacional, éste moviliza la conciencia de personas en todo el mundo.
BD: Entonces, ¿nos alentaría Vd. a nosotros los que trabajamos tanto nacional como internacionalmente para liberar a los Cinco a incrementar nuestra labor y buscar diferentes vías para atraer la atención a este caso?
LW: Sí, definitivamente lo haría. Ninguno de nosotros puede estar seguro de cómo el gobierno de Obama reaccionaría ante los reclamos de libertad para los Cinco. Sin embargo, la historia ha demostrado varias veces, como en el caso de los patriotas puertorriqueños, que se puede lograr la liberación de prisioneros políticos en los EEUU por medio de esfuerzos continuos de aquellos que creen en la justicia.
(Tomado de Cubadebate)