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[:es]Un pedazo de Cuba llega a la Unesco con la exposición Ofrendas[:]

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París, 31 mar.- Los artistas cubanos José María Vitier y Silvia Rodríguez trajeron un pedazo de su hogar y de su país hasta la parisina sede de la Unesco, donde quedó inaugurada la exposición Ofrendas.

 

Diplomáticos, políticos, intelectuales y artistas abarrotaron la amplísima sala Miro, en la sede de esa organización de la ONU, para una especial ceremonia de apertura en la cual la obra plástica de Rodríguez se complementó con la música de Vitier y el acompañamiento de la soprano Bárbara Llanes.

En las palabras introductorias, la embajadora de Cuba ante la Unesco, Dulce María Buergo, resaltó el valor de ese tipo de iniciativas culturales para la nación caribeña y para toda la humanidad.

‘Un proyecto de desarrollo que no incluya la cultura, no avanza, solo genera decadencia, la cultura es el motor impulsor del desarrollo sostenible, humano, y justo’, afirmó.

La representante diplomática enfatizó que ese principio ha sido parte de la política de Cuba a nivel nacional, y también en su proyección y accionar en la arena internacional.

De acuerdo con Buergo, en el país y en América Latina ‘continuamos comprometidos con la defensa de la cultura como elemento vital para el logro de sociedades más justas, inclusivas, respetuosas, y sobre todo pacíficas y solidarias’.

Por su parte, la curadora de la muestra, Gretchen Lima, sostuvo que Ofrendas es un proyecto familiar que incluye a varias generaciones, y comprende además el apoyo de muchas personas.

La especialista rememoró la riqueza creativa de esa familia, que se remonta a los aportes de grandes intelectuales como Cintio Vitier y Fina García-Marruz, y afirmó que todos ‘han hecho mucho porque la nación cubana sea lo que es hoy’.

Lima subrayó la significación de presentar la exposición en la Unesco, que es ‘la casa promotora de la cultura en todo el mundo, y con ese espíritu los invitamos a disfrutar la propuesta’, que se mantendrá abierta hasta el 5 de abril.

Vitier y Rodríguez Rivero, compañeros de vida por más de 40 años, explicaron que las obras expuestas y la música interpretada casi reproducen el ambiente de su vida cotidiana, en la cual pintan y componen juntos en una complementación perfecta.

En el piano, Vitier interpretó piezas como Ritual y Solo el amor, este último correspondiente a la musicalización del poema homónimo de Fina García-Marruz, cuyos versos traducidos al francés fueron interpretados por la soprano Bárbara Llanes.

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