Marlenis Fuentes y el verde sentido de la vida

Marlenis Fuentes y el verde sentido de la vida
En una mujer dedicada al bien de la naturaleza, se convirtió Marlenis Fuentes Cuello. Lo que en un momento fue una iniciativa personal, se ha convertido en un hábito de infinita entrega, y le abrió las puertas en el Club de las Plantas Ornamentales, perteneciente a la Agricultura Urbana de Santa Cruz del Sur.

“Empecé a aprovechar bien el tiempo. Como soy ama de casa me aburría demasiado, pues no tuve la dicha de ser madre, eso me deprimía en extremo, por lo que con ayuda de mis sobrinos comencé a recoger vasijas, ya deterioradas, en un basurero algo alejado, y a conseguir algunas plantas con amistades y otras traídas por esfuerzo propio de lugares distantes”.

El tiempo ha sido testigo de cómo esta esmerada sembradora ha convertido su patio en un área atrayente, donde el verde de la vida resalta en el matiz de los tallos, en la forma de las hojas, y en el aroma exuberante de las más de 500 plantas de distintas variedades que gozan de un habitat creado con buenas manos.

Años de consagración “han permitido- destacó- ver crecer lindas y llenas de salud a las begonias, helechos, lirios, malangas trepadoras, cactus, platiceros, malangas enanas, diferentes variedades de pinos, alelíes, vicarias de variados colores, hiedra manchada, pascuas, y muchísimas otras que no les conozco su nombre, por lo que necesitaría asesoría técnica y mayor atención por parte de los compañeros de la Agricultura Urbana”.

Desde el portal y hacia el interior de la morada, ubicada en los interiores de la calle 9 de Noviembre, son estos arbustos los que contribuyen al regodeo místico desprendido de la clorofila. “Dan el bienestar deseado, mucho más que cualquier adorno costoso”.

– Y habla con gusto de su cuidado: “No es ningún secreto… sólo es cuestión de atención sistemática y amor sincero. Les remuevo la tierra, les hablo, si echan una flor se la celebro y cuando las que deben florecer no lo han hecho les pido lo hagan, para que la belleza reine por siempre aquí. Si tienen mucho follaje, les quito los hijos viejos y les dejo los nuevos. Ellas se habitúan al lugar donde están ubicadas, si se les mueve se entristecen, eso le sucedió al culantrillo de pozo, pero por suerte ya se está recuperando.

Como puedes apreciar no soy amante a los recipientes de barro, sólo tengo sembrada en el patio, en un depósito de ese tipo, una pascua, permanece florecida todo el año. Cuando logre más fortaleza la transplantaré para una vasija de metal o plástico, las considero apropiadas, ya que por ser esta localidad una zona costera, el barro no es recomendable, claro, es una opinión muy personal”.

– La Begonia, así se llama este patio, pero… “no tengo predilección por ninguna, a todas mis plantas las amo por igual. Debía ponerle un nombre y me decidí por ese, pensé en lirio, pero desistí, no creo que se vayan a poner “celosas” por eso”.

“No considero esta dedicación una esclavitud. Cuando se ama lo que se hace, se disfruta íntegramente, es un placer”. (Radio Santa Cruz)