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Cuando una amiga se va…

Cuando una amiga se va…Decir adiós siempre resulta difícil, pero si despedimos a quien desbordó optimismo en cada batalla, el dolor se aquieta. Con esa convicción repasamos hoy algunos pasajes de la vida de María Teresa Yera Martínez,  y mencionarla así la hace distante, porque Tere era demasiado sencilla para imaginarla de otra manera, por eso preferimos recordar a la alegre muchacha que vestida con su uniforme azul estudió el preuniversitario en la vocacional de Camaguey, y asumió la beca como el que goza de una salud envidiable.

Recordar a Tere nos imbuye en su manera de  ver la vida, esa que escapaba por segundos de su cuerpo, y a la que se aferraba como  única esperanza.  Bajo esa ilusión la cuidó su familia, sujetando cada aliento.  

Tere trabajó como auxiliar de contabilidad en la Empresa de Servicios, pero sin dudas su pasión fue la Radio. Aquí la vimos batallar a pesar de los innumerables vientos en contra, percibimos su entusiasmo por los estudios, y constatamos su voluntad de acero en cada tarea.

Fue dirigente juvenil en la emisora, militante del partido, integrante de la Asociación Nacional de Economistas de Cuba, escritora y directora de varios programas. Uno de los colectivos que dirigía, abre la planta cada domingo, “Tríos en la mañana”, también destacan otros espacios como “Tiempo Joven” y “Horizontes”,  por tan solo mencionar algunos de ellos.

Traer a Tere a nuestras mentes y corazones, también es evocar su espíritu de sacrificio, su consagración al trabajo y a las tareas, sin reparar en una enfermedad crónica que la hacía vulnerable, pero que no mermaba su optimismo ante la vida.

Con ese empeño la vimos laborar hasta el último momento y  estudiar con ahínco en la universidad, con esa tenacidad llegaba en las tardes a la radio, y la certeza de que “mañana será otro día”, la hacía sonreír, irrumpir los estudios con sus planes y jaranear con el locutor de turno.

Rememorarla es también escuchar su negativa a cuidarse, su eterno horror al ocio, porque a fin de cuentas ella vivía el presente, a sabiendas de que hacerlo a plenitud era lo mejor, y a la vuelta del tiempo estaba en lo cierto. Por eso Tere no nos perdonaría despedirla de otro modo que no fuera con el coraje que tenía por bandera, decirle adiós hoy, es inmortalizar sus mejores momentos.(Por:Yanayma Rodríguez Molina / Radio Santa Cruz)