Zurelis Mateo López: Guerrera de mirada tierna y gran corazón (+Fotos)
Santa Cruz del Sur, 2 mar. – Segunda experiencia en Zona Roja, segunda vez frente a ese peligro letal que no se ve, pero que está afectando a muchos camagüeyanos, cubanos y personas en el mundo entero y que en Santa Cruz del Sur tiene a una guerrera de mirada tierna y un gran corazón.
El alma de Zurelis Mateo López se llenó de miedos, angustias e incertidumbres, cuando le anunciaron que era uno de los profesionales seleccionados para trabajar en una institución médica de la ciudad de Camagüey en la lucha contra la Covid-19, pues conocía de las vivencias de sus compañeros y los retos a afrontar.
Aquel 17 de diciembre fue la jornada de fuego y durante 15 días estuvo laborando en el Hospital Militar “Octavio de la Concepción y La Pedraja”. Luego, por segunda ocasión, vuelve el 28 de enero a la ciudad agramontina al Hotel Puerto Príncipe y antes de los 15 días de intenso quehacer, le realizan un análisis PCR (Reacción de la Cadena en Polimerasa) que dio negativo, lo cual la pone en condiciones de enfrentarse a la tarea.
Esta residente en tercer año de la especialidad de Medicina General Integral (MGI), se desempeñó en salas abiertas haciendo guardias médicas durante 24 horas donde tenía de pacientes a lactantes, embarazadas y adultos del territorio agramontino y de la vecina provincia de Ciego de Ávila.
“El niño más chiquito que tuvimos positivo fue de 3 meses y sin embargo su mamá era negativa. La segunda vez los pacientes que más recibimos estaban en edades pediátricas y ellos afrontaron la enfermedad bastante bien, alegres e intranquilos en la sala y sus padres siempre muy disciplinados.”
Esta terrible pandemia afecta también a personas con enfermedades asociadas como la diabetes y el cáncer, lo mismo jóvenes que adultos mayores y así lo vivió Zurelis, que atendió a una señora de 94 años que padecía de una neoplasia de colon, la cual se complicó profundamente pero pudo sobrevivir.
Mantener estrictos protocolos de seguridad garantiza el éxito de la tarea y con esta premisa laboró esta doctora santacruceña junto a enfermeras experimentadas de otros municipios, quienes constituyeron un equipo de trabajo para cuidar a los pacientes infectados por el nuevo coronavirus, que tenían en ellas depositadas toda su fe y esperanza.
“Nosotros ahí contamos con la ropa sanitaria, nos cambiamos las veces que sean necesarias y cada vez que tenemos contacto con el paciente, nos bañamos, incluso de madrugada. Hasta ahora, las 2 veces que he ido, ninguno del personal que ha trabajado junto a mí ha salido contagiado, así que parece que estamos haciendo bien las cosas”.
En esta noble labor se viven también emocionantes momentos que quedan guardados en la memoria de esta sencilla y talentosa joven. “Lo que más recuerdo es cuando los pacientes están de alta, que se van muy agradecidos con nosotros, muy contentos, complacidos e incluso muchos nos tiran fotos para tener recuerdos.”
Las celebraciones de fin de año y su cumpleaños, fueron días cotidianos de trabajo para Zurelis en la Zona Roja del Hospital Militar de Camagüey y durante el aislamiento, donde esta doctora vivió situaciones difíciles y así sucedió con un compañero de 50 años de edad que llegó el 31 de diciembre del 2020.
“Llevaba varios días en su casa con síntomas respiratorios sin acudir al médico y cuando fue estaba grave. Lo recibimos a las 3:30am muy ansioso, deprimido, llorando porque tenía miedo pues nunca había estado ingresado y ese paciente después que entregamos la guardia a las 8:00 am del día siguiente, se trasladó para la Sala de Terapia y ese mismo día falleció. Fue el único paciente que murió en las 2 veces que he atendido a positivos de la Covid-19”.
La sensibilidad, el talento y la dedicación de la joven doctora Zurelis Mateo López fueron complementos importantes en esta lucha contra la pandemia, donde los conocimientos, el amor por la profesión y su juventud, le dan fuerzas y valentía para enfrentar el virus, con la convicción de que salvar vidas es su razón de ser.
“En esta situación que está viviendo el país y el mundo uno se siente útil, realmente estudié para eso y el que tiene amor por la profesión se siente con la necesidad y el deber de luchar contra la pandemia. Es una gran experiencia como médico, que te prepara y ayuda para en un futuro afrontar diferentes situaciones que se te puedan presentar.”