Vivencias de Carlos Zambrano: Con la Revolución conocimos lo que era una letra
Santa Cruz del Sur, 8 feb.- En un lugar llamado Blanquizal, ubicado entre los entornos rurales nombrados Sevilla y Cuchillo, perteneciente al actual municipio oriental de Niquero, en Granma, nació Carlos Zambrano Chávez, entre el agobio de la pobreza y el desamparo del gobierno de Fulgencio Batista.
“El viejo mío hacía en el campo cualquier tarea por poca paga. Mientras que mi mamá criaba a mis hermanos y a mí como podía, en medio de tanta miseria. Nunca fuimos a la escuela. Conocimos lo que era una letra cuando triunfó la Revolución”, comentó cabizbajo.
Cuando era todavía pequeño, la familia de Carlos se mudó para el sitio conocido como La Marina de Niquero. Fue testigo de crímenes cometidos por el ejército batistiano y de atroces actos que en esa época quedaban impunes.
“Los guardias andaban regados por donde quiera. En cualquier lugar aparecía un muerto. No había a quien reclamar. Esas matanzas se agudizaron después del desembarco de los expedicionarios del yate Granma con Fidel al mando en diciembre de 1956”, rememoró.
Cuando la victoria del Ejército Rebelde y el pueblo cubano se tornó luz indetenible, Carlos era un adolescente.
“Al conocer de la fundación de las Milicias Nacionales Revolucionarias (MNR) en Niquero, di el paso al frente. En lo adelante todo sería más difícil, como expresó Fidel ”, dijo.
Las preparaciones combativas iniciales se hicieron con armamento ocupado al adversario. Tiempo después fusiles más modernos se pusieron en las manos de los valerosos soldados que, como Zambrano Chávez, integraban los numerosos batallones.
“Al producirse la invasión por Playa Girón y más adelante la Crisis de Octubre nos mantuvimos en pie de guerra. Preferíamos morir combatiendo que volver a ser pisoteados por explotadores y asesinos que tanto hicieron sufrir a muchas familias humildes en Cuba”, afirmó.
Al desear los seres queridos de Carlos venir a residir a Santa Cruz del Sur, él trabajó hasta jubilarse en el sector pesquero local en la captura de las especies de peces de escama, langosta y camarón. Colaboró con la Unidad de Tropas Guardafronteras protegiendo de día y de noche el espacio marítimo. Hoy disfruta de su retiro rodeado de toda su familia.