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Vida en las profundidades: descubren virus en la Fosa de las Marianas

A casi 9 mil metros de profundidad, en la Fosa de las Marianas,  un equipo de investigadores logró identificar un nuevo virus que es capaz de infectar bacterias.

La vida es un fenómeno sorprendente que nos sigue planteando interrogantes de gran complejidad. Nuestro plantea rebosa de ella, aun en los lugares más insospechados. Ese es el caso de un virus que vive en el punto de mayor profundidad de la Tierra: la Fosa de las Marianas.

Este lugar ejerce una presión insostenible para un humano. Lo que es más, casi ningún ser vivo lograría sobrevivir a las condiciones que imperan en ese oscuro y frío rincón del planeta. De acuerdo con las investigaciones de Andrea Fischer, periodista de National Geographic en Español, solo los organismos extremófilos, que abundan en entornos altamente hostiles, se han documentado en ese tipo de profundidades.

Por lo expuesto, es que resulta tan asombroso el descubrimiento de un grupo de científicos dirigido por el virólogo marino Yu-Zhong Zhang, de la Ocean University, que dio con un virus nunca antes visto. El agente infeccioso fue llamado vB_HmeY_H4907 y se le encontró en sedimentos extraídos a poco más de 8 mil 500 metros de profundidad. Los investigadores publicaron sus hallazgos en Microbiology Spectrum.

Un virus para las bacterias

Este virus recién descubierto es un “bacteriófago”, es decir, un microorganismo que ataca bacterias y se replica dentro de ellas.

El tipo de bacterias que son infectadas pertenece al filo halomonas. La incubación del virus en la “presa” se alcanza de forma lisogéncia, lo que significa que se inserta el material genético en el genoma de la bacteria.

Contrario a lo que se podría pensar por otros casos similares, el virus, aunque se llega a replicar en su anfitriona, no puede matarla. Esto tendría que ver con la resistencia biológica que estos seres han desarrollado como producto de su crecimiento en un entorno lleno de adversidades.

Por otra parte, ya se sabía que las halomonas se distribuyen en casi todos los océanos, incluido el fondo marino antártico. Este antecedente y el análisis genético del mencionado virus llevaron a los investigadores a plantear la hipótesis de que la extensión de este puede ser tan amplia como la de la bacteria destinada a alojarlo.

Añadamos también que, pese a que se han encontrado otros virus en profundidades similares, Min Wang, virólogo y autor principal del estudio, indica que este podría ser el que esté aislado a más profundidad, dentro de los de su tipo.

Fuera de buscar más virus, los investigadores quieren terminar por comprender la naturaleza del que acaban de descubrir. Esto, por ejemplo, implica indagar en su maquinaria molecular, misma que está por detrás de sus interacciones con las bacterias. (Tomado de National Geographic en Español)