Valoran importancia del juego en educación preescolar santacruceña

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¡Vamos a jugar!, les dijeron las maestras a dos grupos de niños y niñas del grado preescolar. Ellos necesitan de tiempo en tiempo correr mucho, reírse, dar gritos y saltar.

El juego es la única actividad que posibilita cumplir de manera ideal los objetivos de una educación integral, además de desarrollar la motricidad, el intelecto y satisfacer las necesidades sociales y afectivas de los pequeños.

Un amplio salón en la escuela primaria “Carlos Manuel de Céspedes”, en Santa Cruz del Sur, está acondicionado para la recreación formativa de los infantes. Allí hay diversos materiales y objetos hacia los cuales muestran interés.

A Laritza Rondón Verdecia le cuesta trabajo el andar, sus miembros inferiores no la acompañan con la misma potencia que a los demás chiquilines. Puede desplazarse acompañada de las educadoras o algún compañerito de estudio. Basta sólo conocerla para saber lo alegre que es.

“En los juegos me gusta ser la doctora, porque cuando sea grande voy a serlo de verdad. A los muñecos enfermos les doy besitos para que se curen pronto”, comentó la vivaracha Rondón.

Dalila García Salazar se inclina por el magisterio. “Les hago cuentos a los niños, les pido estudiar los análisis fónicos, aprenden conmigo muchas canciones y las figuras geométricas”.

“Estas ollas no son de verdad, pero en cuanto crezca quiero saber muchas cosas de la cocina para hacer alimentos sabrosos”, dijo Daniel Esquivel Varona.

Olga Herrera Pacheco, se ha consagrado al grado preescolar. “Es una enseñanza llena de belleza. A estos alumnos se les forman valores, hábitos y habilidades. Los preparamos junto a la familia para la vida adulta independiente. Les asentamos las bases para iniciar la educación primaria”.

Al aplicar el método del juego se emplea la mejor vía para conseguir que surjan en los infantes sensaciones y sentimientos de placer, “también de libertad, deseos de acción, de compartir con otros, de descubrir. Los adultos debemos saber aprovechar el impulso emocional del niño para provocar situaciones que faciliten la creatividad en forma grupal o colectiva”, significó.

Esta actividad en la edad preescolar constituye desde el punto de vista pedagógico y psicológico un valioso medio educativo, si las personas adultas la ordenan bien. Propiciará entonces en los pequeñines los conocimientos, experiencias y vivencias imprescindibles acerca de la realidad. En la medida que esas cuestiones adquieran significación podrán trasladarlas y utilizarlas en el juego con acciones enriquecedoras.