Al sur

Urge guerra al coronavirus para salvar la vida

Septiembre, 2021.- Hace dos años y algunos meses la vida en el mundo dio un giro inesperado por un personaje que sin ser rey lleva corona y casi se apodera de todo con su dinastía, bajo la única ley de exterminar la humanidad.

 

Se adueñó con su fama de redes sociales y medios de difusión, mostrando un rostro cruel, dejando huellas de muerte, lágrimas, miedo y dolor.

 

Y trajo la incertidumbre, con histeria y paranoias, a muchos hogares como forma de vida común.

 

A pesar de esto, la raza humana se creció y otra vez resilientes, luchamos una guerra sin pedirla ni esperarla.

 

Surgieron ráfagas de ideas referentes a cambios en el sistema de convivencia; con máscaras el llamado fue a ser mejores personas, más solidarios y disciplinados.

 

Cuando creímos que llegaría la calma o quizás estaríamos despiertos de tal pesadilla, el horror crece en este pueblo costero, en toda la Isla, los llamados casos positivos aumentan día por día, como si el afamado pandémico se burlara en nuestras caras con prepotencia.

 

¿En qué nos equivocamos? ¿Cómo le dimos entrada? ¿De dónde sacó el permiso para pasear por las calles y llegar de invitado al café familiar en las casas? Serían tantas las respuestas, críticas, censuras y aspectos a señalar con el dedo de un lado y de otro, todos guiados por desorden, irresponsabilidad, tonta confianza justificada por la necesidad actual y la verdad hoy, no es lo que toca.

 

Nos corresponde ser valientes, vestirnos con la armadura de triple máscara si es necesario, alcohol en bolsillo y espíritu de ayuda a quien la necesite; al abuelito que hace mandados, a las familias aisladas, al vecino y amigo enfermo.

 

Tomar distancia unos de otros, ser precavidos sin perder la ternura, quedarnos en casa sí, también, solo salir lo necesario.

 

Es cierto, no tenemos nada, pero somos cubanos, esos que comparten lo poco que tienen y hoy esto es lo que toca, hacer la guerra a este falso rey para salvar la vida.