Transita Cuba hacia la soberanía tecnológica en el diagnóstico de la COVID-19
La Habana, 26 mar.- Cuba avanza hacia la plena soberanía tecnológica en el diagnóstico de la COVID-19, con el desarrollo de varios proyectos innovadores para la producción nacional de insumos y productos de biotecnología.
El doctor José Luis Fernández Yero, asesor del presidente del grupo empresarial BioCubaFarma, explicó este jueves durante su comparecencia en el espacio informativo Mesa Redonda que la búsqueda de esta independencia alcanza todos los pasos en la obtención de resultados; desde la toma de muestras hasta su procesamiento.
A partir de las limitaciones impuestas por el bloqueo económico, comercial y financiero del gobierno de Estados Unidos hacia la nación caribeña, y las mejores condiciones de países ricos para la obtención de esos productos, fue necesario contar con una producción nacional que respaldara nuestras necesidades, resaltó Fernández Yero.
Hasta mediados de marzo se fabricaron en Cuba –como promedio– unos 16 mil 950 hisopos por día laborable (para la realización del exudado nasofaríngeo), a través de un método semi manual en la planta de producción de insumos médicos CNEURO.
Próxima a su inauguración, esta entidad cuenta con una línea de fabricación automática de tales materiales, ya en fase final para su puesta en marcha y en condiciones de garantizar las necesidades del país con más de 30 mil hisopos por día.
Además, en ese lugar se encuentra en terminación una fábrica destinada a la producción exclusiva de mascarillas quirúrgicas, más conocidas como nasobucos.
Estamos preparados para realizar todas las pruebas que sean necesarias; el país no ha escatimado recursos, apuntó el especialista.
Otro de los importantes procesos en la detección del virus es la transportación de la muestra en un medio especial, que ha sido objeto de desarrollo por el Centro de Biopreparados (BioCen), el cual entregó en abril de 2020 al Ministerio de Salud Pública el medio de transporte BTV.
Más de un millón 500 mil unidades se han producido hasta el momento, mientras se preparan con vistas a obtener unas 50 mil diarias como promedio, y trabajan en un nuevo medio de transporte que inactiva el virus, de forma tal que llegue al laboratorio útil para el diagnóstico, pero con una significativa reducción del riesgo biológico.
Los científicos cubanos también trabajan en la extracción del ARN y ADN de las muestras en un equipo desarrollado por el Centro de Inmunoensayo, y en la producción de un PCR en tiempo real desde el Centro de Genética y Biotecnología y el Centro de Inmunoensayo, autosuficiencia en la producción de iniciadores, sondas y enzimas para la realización de PCR.
Ya se elaboraron los primeros productos con éxito, se dispone de una de las dos enzimas necesarias y se trabaja en la segunda, algo de importancia medular pues la importación de una sola de estas costaría al país unos seis millones de euros, para garantizar seis meses de trabajo.
El especialista también se refirió al desarrollo del ensayo RT-PCR Sumasignal SARS-CoV-2 (gen E), que tendrá un costo aproximado inferior a los siete dólares, mientras que el costo de una prueba importada es de 40.
Se prevé que para finales de abril el ensayo haya arrojado los necesarios resultados positivos en aras de proceder a su registro ante la entidad reguladora, señaló.
A partir de la obtención de una fuente de suministros más accesibles de los que se manejaban anteriormente se lograron importar muestras equivalentes, y tras un proceso de evaluación por el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí se determinó el ciento por ciento de coincidencia de las muestras nacionales con respecto a los kits internacionales, precisó Fernández Yero.
Dijo también que, como propósito de la industria nacional, destaca el montaje de una línea completa de fabricación de estos kits plásticos y otros insumos necesarios.
Todas las instituciones de BioCubaFarma participan en la búsqueda de soberanía tecnológica, acotó el asesor del presidente de ese grupo empresarial, entre ellas el Centro de Inmunoensayo, con más de dos mil equipos instalados en el territorio nacional, 169 laboratorios municipales y 395 en el exterior, que han estudiado más de 200 millones de persones, de los cuales 48 millones son niños.
Otras instancias producen y desarrollan equipos médicos, entre ellos, el Ministerio de Industria, la Unión de Industrias Militares, así como universidades y centros de investigación.
Este camino emprendido garantiza la soberanía tecnológica no solo para el enfrentamiento a la COVID-19, sino al resto de la red de laboratorios para el enfrentamiento en la rama de la epidemiologia, con 23 laboratorios de biología molecular.
Además de para el análisis de los PCR, la biología molecular es aquella rama de la ciencia que, aplicada a la microbiología, permite determinar entre otras cuestiones la resistencia de las bacterias a los antibióticos, posee aplicaciones en la medicina legal y la antropología. (ACN)