Tocororo: ave nacional cubana y su ambiente

El tocororo figura hoy entre las aves endémicas del país y se distingue por su plumaje en el que predominan los colores rojo, azul y blanco, como los de la bandera cubana, de ahí que sea el ave nacional.

Además se incluyen en el listado de las endémicas el cartacuba, tomeguín del pinar, sijú platanero, sijú cotunto, sinsontillo, el catey y la cotorra.

Por su parte, de las endémicas del Caribe aparecen el arriero, la yaguaza y cuba libre.

En la Reserva Ecológica Lomas de Banao, uno de los paisajes más hermosos del conocido como Macizo de Guamuhaya, enclavado en una zona del municipio de Sancti Spíritus, una de las aves que encuentra allí su hábitat es el tocororo.

Afirman los expertos que esta pequeña ave no sobrevive en cautiverio y es en la primavera cuando suele vérsela más a menudo al llamado de apareamiento.

En dicha reserva habita esta especie endémica y de acuerdo con especialistas el sistema montañoso Guamuhaya es uno de los lugares donde puede ser vista, aunque también se le halla en las sierras de los órganos y la Maestra, la Ciénaga de Zapata e Isla de la Juventud.

Relacionado con el emblemático quetzal de Guatemala, pero exclusivo de la mayor de las Antillas, es conocido por los habitantes de la isla caribeña bajo otros nombres, entre ellos el aborigen Guataní.

El nombre de esta singular ave proviene del sonido onomatopéyico que emite (tocoró) y a su alrededor nacieron mitos y leyendas como la de la hermosa taína que prefirió morir antes que vivir prisionera y posteriormente fuera convertida en tocororo por la diosa Atabey.

Su nombre científico es Priotelus temnurus, afirma el máster en ciencias de Ecología y Sistemática Aplicada Abel Hernández en el libro Cuba, encuentro con su naturaleza.

Al referirse a los daños que causa la deforestación señala el experto: “Por eso debemos proteger al tocororo, nuestra ave nacional. Se escogió como tal, por poseer los colores de la bandera y porque ama tanto la libertad que cuando se le encierra, muere”.

“Vive en bosques frondosos, a lo largo y ancho de la isla. Es insectívoro y se caracteriza por ser muy manso”, reseña en el volumen.

La reserva es un área protegida de importancia nacional por el alto grado de conservación, sobresaliendo la pluvisilva de montaña que junto a los complejos de vegetación de mogotes son ecosistemas que albergan numerosos endémicos locales, indican textos consultados.

Esta área protegida está a 20 kilómetros de la ciudad de Sancti Spíritus, la cuarta de las siete primeras villas fundadas por los conquistadores españoles y busca preservar la biodiversidad.

(Tomado de Adelante digital)