Santacruceña dedica su obra a Fidel, Vilma y Federación de Mujeres Cubanas

Santa Cruz del Sur, 24 ago.- Nersa de Miranda Segovia ha convertido su casa en un precioso palacio de familia, donde además de diseminar amor exhibe gran parte de su obra. Todavía a los 74 años esta creadora utiliza a diario la máquina de coser, “porque me queda bastante tiempo de vida para dedicarle muchas cosas bellas a Fidel, Vilma Espín y a la Federación de Mujeres Cubanas (FMC)”.

La hija de campesinos nació en el intrincado poblado de Pino, en los predios de la comunidad santacruceña “Cándido González” (otrora Santa Martha). “Como era hembra supe, al crecer, cuál sería mi destino: hacer las cosas de la casa y punto, hasta allí llegaban mis escasas oportunidades. Siendo todavía pequeña fui interesándome por el tejido, el bordado y el corte y costura, habilidades que aprendí a través de las revistas”.

Al triunfar la Revolución llevaba cuatro años de noviazgo con su actual esposo.”Las primas de él me captaron al crearse la FMC, pero mis padres no me permitían participar en ninguna de las tareas establecidas por la organización. Ya una vez matrimoniada fui doblemente libre, gracias al triunfo del primero de enero de 1959 y al dejar de estar “atada” a las arcaicas tradiciones domésticas”.

Ramón Alonso Fernández y la guajirita de Pino se casaron bajo la sombra del techo de yarey y la pulcritud del piso de tierra salpicado con las cenizas del carbón. “Compartimos lo que teníamos y deseábamos… lealtad, el compromiso de crear una familia y apoyar en todo lo que fuera necesario la victoria del Comandante en Jefe junto al pueblo.

Desde el Movimiento 26 de Julio (M-26-7) ayudé a enviar avituallamiento a tropas rebeldes emplazadas en el monte Meso, lugar ubicado entre los asentamientos de Forestal y Cuatro Compañeros”, evocó el cónyuge.

En las décimas que a escondidas la Miranda enviaba al prometido no faltaba la exhortación: Sigue por montes y llanos luchando por la libertad es la gran felicidad de todos los cubanos. “Yo me sentía unida a él, pues compartíamos los mismos ideales”.

Al crearse las brigadas “Ana Betancourt” en Cuba para que las féminas recibieran cursos de corte y costura en La Habana, organizados por la propia Federación…, la respuesta de los progenitores de la joven fue la misma.

“Estaban negados a dejarme desarrollar, sin embargo, continué el aprendizaje por cuanta revista conseguía prestada. Le reitero, ya matrimoniada casi al cumplir las 21 “primaveras” como se dice, Ramón y yo nos metimos de lleno en las tareas de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR). Logré entonces ser la federada que tanto deseaba. Pasé el curso de corte y costura aquí en la localidad, alcanzando el título en ese quehacer”.

A Vilma, la Heroína del Moncada, la eterna presidenta de la FMC, le ha dedicado estrofas muy emotivas:

Tú fuiste la fundadora/
del progreso en la mujer/
tú supiste siempre crecer/
y tu sueños lo lograste/
porque tu amor nos legaste/
con ideas de lucha y deber.

“Cuando el Comandante en Jefe iba a cumplir los 90 años, refirió Nersa, dejé a un lado por un rato algunos trabajos manuales, entonces tomé el papel y el lápiz para no perder la inspiración… escribí en una de las partes”.

A la patria la hizo rica/
la fecha del nacimiento/
desde el primer momento/
su grandeza dignifica/
Fidel es el guía ejemplar/
paladín de esa riqueza.

Los adornos florales hecho con vasijas plásticas desechables, el bordado calado a mano o en la máquina de coser y el tejido a crochet, se encuentran en tapetes, sobrecamas, cuadros y trabajos que engalanan algunos muebles.

Cada espacio de la morada ubicada en el reparto “Jacinto González”, donde vive la autodidacta creadora, exhala encanto, patriotismo, constancia y fidelidad.