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Rusia hace despegar su industria de chips

La soberanía en la fabricación de microelectrónica es una de las prioridades del Gobierno ruso. Según el jefe del Kremlin, Vladímir Putin, se trata de “uno de los sectores estratégicos clave en la economía moderna”, que impacta directamente en la capacidad defensiva y la seguridad del país, “su potencial industrial y científico, el estado de sus infraestructuras, el ámbito financiero y la calidad de vida de sus ciudadanos”.

El objetivo planteado por el primer ministro de la nación euroasiática, Mijaíl Mishustin, es la creación del ciclo cerrado de la fabricación de bienes de alta tecnología. Es decir, Rusia debe ser independiente en todas las etapas, desde la extracción de materias primas hasta la elaboración del producto final, incluida la creación de componentes como chips, semiconductores y procesadores.

“Estoy convencido de que, uniendo los esfuerzos de científicos, desarrolladores e industriales, podremos lograr el éxito en el desarrollo de la microelectrónica”, manifestó hace un año el jefe del Gobierno ruso.

De hecho, Rusia ya está avanzando en crear equipos para la fabricación de chips, entre ellos los de litografía o de cultivo de cristales. El propósito es, para el año 2030, sustituir el grueso de sus análogos extranjeros en las fábricas nacionales. Otra meta radica en acabar con la dependencia de las importaciones de minerales de tierras raras, esenciales para la microelectrónica, entre otros sectores de alta tecnología.

A nivel global, el gigante euroasiático solo está por detrás de China en cuanto al volumen de reservas de este tipo de recursos, pero solo es responsable del 2% de la producción mundial, por lo que compra en el exterior el 75% de sus necesidades. El ambicioso plan de Moscú consiste en llegar a estar en el top 5 de los países productores antes de que finalice la década. Se estima que, para finales del año en curso, el monto de las inversiones en la exploración de tierras raras en Rusia superará cuatro veces al que se hizo en 2024.

El pasado mes de abril, el Ministerio de Recursos Naturales y Medio Ambiente del país anunció un programa a gran escala para buscar minerales críticos en todo el territorio nacional —desde sus nuevas regiones hasta el Lejano Oriente ruso, pasando por Siberia y la zona del Ártico— para su aplicación en la electrónica y más allá.

Las medidas de apoyo del Gobierno ruso -entre ellas incentivos fiscales- aportan al desarrollo de compañías nacionales como НМ-Тех, fabricante de semiconductores y microelectrónica. Acaba de recibir un crédito de más de 1,5 mil millones de dólares, a cambio actual, para invertir en la modernización de su planta, gracias a lo cual podrá elaborar chips de entre 130 y 250 nanómetros, es decir, los más extendidos en el mercado. En particular, se emplean en telecomunicaciones, automatización industrial, automoción o aplicaciones digitales.

Mientras tanto, el desarrollador nacional de microprocesadores Baikal Electronics adelantó la entrega de decenas de miles de unidades Baikal-L y Baikal-M a sus clientes en Rusia antes de fin de año. Asimismo, aseguró que, para 2026, suministrará más de 100 000 unidades. Las características de los Baikal-M son comparables con las de los Core i3 de Intel, mientras que los Baikal-L tienen características mucho más avanzadas, señala la empresa. Sus directivos reconocen que, en la etapa inicial, el precio de los microprocesadores de la compañía rusa será menos competitivo que lo que ofertan las grandes tecnológicas occidentales.

Al mismo tiempo, afirman que la superación de esta desventaja temporal pasa por aumentar la producción, algo que ocurriría sí o sí, teniendo en cuenta un decreto gubernamental que establece la prioridad de los componentes electrónicos nacionales en las licitaciones públicas. Sin duda alguna, también beneficiará a los procesadores rusos Elbrus.

Y es que el programa de soberanía electrónica nacional va en serio y es a largo plazo. (Tomado de Cubadebate)