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Raúl y Díaz-Canel presidieron clausura de la XVII Cumbre del ALBA-TCP (+Fotos)

Aprueban en esa cita declaración que refrenda principios originales del mecanismo integracionista

La Habana, 15 dic.- Con la presencia del primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, General de Ejército Raúl Castro Ruz, y el presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, así como otros líderes de Nuestra América, fue clausurada anoche la XVII Cumbre de la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio para los Pueblos (ALBA-TCP).

Jornada de recuerdos entrañables la de este 14 de diciembre a los pies de la histórica escalinata de la Universidad de La Habana, a donde llegaron los protagonistas de la histórica cita para, junto a una amplia representación de la juventud cubana, conmemorar también el XV aniversario de la fundación de un mecanismo integracionista que ha sido luz y esperanza para nuestros pueblos.

Una cita para la unidad, la paz y solidaridad, como años atrás la soñaron Fidel y Chávez, en la cual el presidente venezolano, Nicolás Maduro Moros, aseguró que por amor a esos líderes continentales  también nuestros pueblos han continuado la batalla de resistencia y lucha. Asimismo, ratificó que el mecanismo de concertación relanzará con fuerza en la región proyectos como PetroCaribe y la Misión Milagro.

Daniel Ortega Saavedra, presidente de la República de Nicaragua, dijo que el ALBA-TCP no descansará hasta que América Latina sea una sola, y evocó a Fidel y Chávez, grandes paradigmas para nuestra región.

Ralph Gonsalves, primer ministro de San Vicente y las Granadinas, y David Choquehuanca, secretario ejecutivo del ALBA-TCP, asistieron también a la velada, que rememoró la fundación por Fidel Castro y Hugo Chávez de este mecanismo de concertación solidaria y política, en cuyas sesiones de debate se aprobó, este sábado, una declaración que refrenda sus principios originales. (Con información de Presidencia de Cuba y Granma) (Foto: Estudios Revolución)

Declaración de la XVII Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del ALBA-TCP

Los jefes de Estado y de Gobierno y los jefes de delegaciones de los países miembros e invitados de la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), nos reunimos en La Habana, el 14 de diciembre de 2019, para conmemorar el XV aniversario de la Alianza, fundada por los comandantes Fidel Castro Ruz y Hugo Rafael Chávez Frías, con el firme compromiso de profundizarla, como expresión de las aspiraciones de independencia regional y baluarte de la integración genuinamente latinoamericana y caribeña frente a las crecientes amenazas a la autodeterminación, la soberanía, la paz y la estabilidad regionales.

Reivindicamos el ideario de Bolívar, Martí, San Martín, Sucre, O´ Higgins, Petión, Morazán, Sandino, Maurice Bishop, Garvey, Túpac Katari, Bartolina Sisa, Chatoyer y otros próceres de la independencia latinoamericana y caribeña.

Enfatizamos que la unidad e integración regional es la única vía para enfrentar la dominación que ejercen las estructuras hegemónicas de poder mundial, y que han dejado a nuestros pueblos en una condición histórica de subordinación y vulnerabilidad política, económica y cultural.

Expresamos que el ALBA-TCP es el primer frente de integración genuinamente latinoamericano y caribeño, está sustentado en principios de solidaridad, justicia social, defensa de la independencia y soberanía, autodeterminación de los pueblos, cooperación y complementariedad económica, fruto de la profunda vocación integracionista de sus miembros y de su voluntad política de avanzar todos juntos hacia el desarrollo sostenible, para satisfacer las necesidades de nuestros países y pueblos.

Resaltamos los logros sociales del ALBA-TCP, que han estado dirigidos al ser humano, sin importar su raza, estrato social, credo o posición política alguna, lo cual ha permitido que sean millones los latinoamericanos y caribeños que han sido beneficiados con las políticas sociales impulsadas por la Alianza.

6.- Resaltamos especialmente el Programa de alfabetización; la Misión Milagro; el Programa de atención a las personas con discapacidad; el Cardiológico Infantil Latinoamericano, la formación de médicos integrales en la Escuela Latinoamericana de Medicina-ELAM en Cuba y en Venezuela, y PetroCaribe; así como también, las casas del ALBA, los Juegos deportivos ALBA, TeleSUR y la Radio del Sur.

Destacamos los avances del ALBA-TCP en el ámbito económico y financiero, especialmente al cumplirse 11 años del establecimiento del Banco del ALBA, período en el cual se han desarrollado diversos proyectos de infraestructura, de producción y de servicios, en los distintos países de la región.

Ratificamos nuestro compromiso con la construcción de un modelo alternativo de soberanía económica, expresado en una Nueva Arquitectura Financiera, para consolidar un sistema de intercambio y cooperación recíproca, solidaria, participativa y complementaria, que fortalezca nuestra libertad económica y comercial.

Reiteramos nuestra voluntad de continuar trabajando y cooperando en el enfrentamiento al cambio climático, fenómeno que es producto del sistema capitalista, con sus patrones irracionales de producción y consumo, que agreden a nuestra Madre Tierra y que incrementan la frecuencia e intensidad de fenómenos naturales que ocasionan lamentables pérdidas humanas y materiales.

Resaltamos la participación y presencia plena de los movimientos sociales, de solidaridad y sectores populares en nuestro proceso integracionista, para avanzar en la construcción de sociedades incluyentes, culturalmente diversas y ambientalmente responsables, que excluya la explotación del ser humano.

Condenamos la política agresiva e intervencionista del Gobierno de Estados Unidos, que con la complicidad de las oligarquías nacionales y de los medios corporativos de la información, unida a las consecuencias de la férrea aplicación de inhumanos modelos neoliberales, son las causas fundamentales de la peligrosa inestabilidad regional.

Reiteramos que la política actual del gobierno de los Estados Unidos hacia Nuestra América plantea desafíos que generan claras violaciones a los principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional, así como a los postulados de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz.

Repudiamos las amenazas de uso de la fuerza por el Gobierno de Estados Unidos contra la República Bolivariana de Venezuela y el sostenimiento y ampliación de criminales medidas coercitivas unilaterales contra su pueblo, que continúan siendo la principal amenaza a la paz en América Latina y el Caribe. Respaldamos a la Revolución bolivariana, a la unidad cívico-militar de su pueblo y al presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela.

Rechazamos la activación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) contra la República Bolivariana de Venezuela, lo cual representa un peligro para la paz, que podría facilitar la fabricación de un pretexto y establecer las bases para una eventual intervención militar contra el pueblo bolivariano.

Condenamos el golpe de Estado contra el Gobierno constitucional del compañero Evo Morales Ayma en Bolivia, el cual constituye una expresión clara de la estrategia imperialista de Estados Unidos en el hemisferio occidental y su intención permanente de vulnerar la libre determinación de nuestros pueblos en función de sus pretensiones hegemónicas. La complicidad de la oligarquía boliviana en la violenta interrupción de la institucionalidad democrática en el país y el apoyo complaciente de otras oligarquías de la región a esta flagrante violación del Estado de Derecho y de los derechos humanos, no admiten dudas.

Destacamos que con el propósito de recuperar los espacios conquistados por los pueblos con gobiernos progresistas, el Gobierno de los Estados Unidos, en contubernio con las oligarquías de la región, revive métodos que parecían superados en la Historia de América Latina y aplica nuevas fórmulas de la llamada guerra no convencional.

Denunciamos que en Bolivia se han multiplicado la intolerancia, el racismo, la represión brutal contra los movimientos sociales y los pueblos originarios, con la clara determinación de revertir los logros alcanzados por su pueblo durante la presidencia del compañero Evo Morales Ayma.

Denunciamos que las amenazas y los reiterados intentos desestabilizadores contra el Gobierno legítimo de la hermana República de Nicaragua son una violación del Derecho Internacional. El Gobierno sandinista de Nicaragua y su presidente, Daniel Ortega Saavedra, cuentan con nuestra solidaridad y apoyo.

Expresamos nuestra solidaridad con el pueblo de la hermana Mancomunidad de Dominica y felicitamos al primer ministro Roosevelt Skerrit, por su reelección el pasado 6 de diciembre con un amplio respaldo popular.

Rechazamos las acciones injerencistas contra el proceso político en Surinam y los intentos de desestabilizar dicho país. El Gobierno Constitucional de Surinam y su Presidente, Desiré Bouterse, cuentan con nuestra solidaridad y apoyo.

Repudiamos firmemente la aplicación de la Doctrina Monroe. Demandamos el respeto a la libre determinación de nuestros pueblos, a la soberanía, la integridad territorial y la no injerencia en los asuntos internos de cada Estado, la solución pacífica de controversias internacionales, el rechazo al uso o a la amenaza del uso de la fuerza en las relaciones internacionales, al tiempo que denunciamos el uso de métodos de guerra no convencional para derrocar gobiernos legítimos y la imposición de medidas coercitivas unilaterales contra países latinoamericanos y caribeños.

Manifestamos que el ascenso de los gobiernos neoliberales al poder político en la región ha generado un evidente retroceso de las políticas de beneficio social en varios países, incrementando los índices de pobreza, las profundas desigualdades sociales y la marginación de amplios sectores populares.

Declaramos que la creciente corrupción de gobiernos neoliberales, su ejercicio del poder para maximizar los beneficios de las corporaciones transnacionales y de exiguas élites privilegiadas; la violencia y la brutalidad policial, han provocado el estallido de multitudinarias manifestaciones en Nuestra América.

Denunciamos la falsedad estadounidense de atribuir a miembros de esta Alianza, la responsabilidad en la organización de las masivas protestas populares que se han extendido por la región, lo que persigue ocultar el fracaso de las gestiones de gobiernos neoliberales que se pliegan a los requerimientos impuestos por Washington.

Rechazamos la tergiversación vergonzosa de la realidad latinoamericana por Estados Unidos y las élites oligárquicas de la región que buscan ocultar la verdadera génesis de las manifestaciones populares.

Repudiamos los autoproclamados paladines de los derechos humanos y la democracia, que acuden cada vez más a la militarización y a la represión para sostener el modelo neoliberal en crisis. Las cifras de muertos, heridos y mutilados ilustran por sí mismas el uso desproporcionado de la fuerza por los cuerpos represivos. El apoyo de varios gobiernos a la brutal represión en diversos países y el silencio cómplice de otros, es inaceptable.

Condenamos las sistemáticas acciones del Gobierno de Estados Unidos para desacreditar y sabotear la cooperación internacional que presta Cuba en la esfera de la Salud en decenas de países, la cual ha beneficiado a millones de personas, así como las groseras presiones ejercidas contra varios gobiernos para que interrumpan la acogida de la solidaria cooperación cubana, en detrimento del derecho a la vida y del acceso a servicios médicos de sus ciudadanos.

 

Destacamos la reciente adopción por la Asamblea General de las Naciones Unidas de la resolución titulada “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba” por 187 votos a favor, que patentizó una vez más el aislamiento abrumador del Gobierno estadounidense, en el contexto de una comunidad internacional comprometida con la verdad, la justicia y el respeto al Derecho Internacional.  La lamentable decisión del Gobierno de Brasil de votar en contra y del Gobierno de Colombia de abstenerse, confirman el secuestro de sus políticas por sectores abiertamente plegados a los intereses de la Casa Blanca.

Expresamos nuestra solidaridad con los hermanos países caribeños, que padecieron el genocidio contra la población nativa, los horrores de la esclavitud, la trata transatlántica y el saqueo colonial y neocolonial, enfrentan hoy los retos resultantes del cambio climático, los desastres naturales y el injusto sistema financiero que pone en peligro sus pequeñas economías. Ratificamos el derecho de los países del Caribe a recibir un tratamiento justo, especial y diferenciado. El Caribe encontrará siempre en el ALBA-TCP una plataforma de articulación, cooperación y complementariedad para la defensa de sus justos reclamos y reparaciones.

Manifestamos nuestro anhelo de unidad e integración que confirma la importancia de preservar la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), mecanismo genuino para promover los intereses comunes de nuestras naciones mediante la concertación política con respeto a la diversidad. En ese sentido, nos comprometemos a apoyar a México en su ejercicio de la Presidencia Pro Témpore de la Comunidad.

Saludamos la adhesión de Antigua y Barbuda como miembro pleno del Banco del ALBA, el 4 de noviembre de 2019.

Los desafíos que enfrentamos reafirman la necesidad de cerrar filas frente a las amenazas, injerencias y agresiones externas, con plena confianza en la victoria. Unidos enfrentaremos el intervencionismo y el golpismo. Nos ampara la convicción profunda de que la construcción del futuro mejor que deseamos y por el que trabajamos para Nuestra América, está y estará cada vez más en las manos fuertes y firmes de los pueblos libres.

Garanticemos la realización de los derechos a la vida, a la paz, a la libre determinación y al desarrollo a los que nuestros pueblos son acreedores. ¡Unámonos! De la unidad depende la victoria de las causas justas que reivindicamos.

Buscamos la solidaridad no como un fin sino como un medio encaminado a lograr que Nuestra América cumpla su misión universal.

José Martí, Nuestra América.

La Habana, 14 de diciembre de 2019

(Texto y foto: tomados de Presidencia de Cuba)