Misión internacionalista en Angola convirtió a santacruceño en mejor revolucionario (+ Audios y Foto)
Santa Cruz del Sur, 8 nov.- Pudo haber perdido la vida porque las balas enemigas y las traidoras emboscadas son propias de la guerra. A sabiendas de que podía suceder lo peor, al elemental deber internacionalista no se negó Eduardo Ernesto Sánchez Pérez.
El santacruceño, en la época en la cual pocas veces rasuraba el lampiño rostro de su juventud, cumplió el servicio militar en la Cuarta División de la provincia de Las Villas. En ese periodo conoció a fondo la necesidad de prepararse para defender a Cuba en caso de otra agresión enemiga.
El ataque mercenario por Playa Girón, organizado, armado y financiado por el Gobierno de los Estados Unidos, no era para el entrevistado, en ese entonces, historia pasada y olvidada, tampoco ahora lo es.
Al volver a Santa Cruz del Sur, al seno familiar, Sánchez Pérez venía con mucha preparación en la rama de las comunicaciones. La etapa de verde olivo lo había capacitado para un futuro que siquiera imaginaba.
En la otrora Empresa Municipal de Comunicaciones 13 de Marzo inició la vida laboral. En la entidad demostró los conocimientos, disciplina y habilidades obtenidos en la rama militar como recluta.
La firmeza de sus ideales revolucionarios, legado de los padres, lo llevaron a formar parte del numeroso grupo de hombres de la comarca que partieron para Angola a defender la libertad e independencia plena de la hermana tierra, al precio que fuera necesario.
Su potencial de comunicador consagrado se engrandeció, aún más, a finales de 1975 en la lejana geografía. El reparador e instalador de teléfonos y telegrafista a la vez era trasladado por vía terrestre, con las medidas de seguridad indicadas.
Ejecutaba el quehacer en las unidades militares enclavadas en Lobito, Benguela, Serpa Pinto y Río Areia, al sur de la región africana, donde se encontraban tropas cubanas.
Eduardo Ernesto sufrió mucho la caída en combate de camaradas de los cuales ya no recuerda los nombres. En cada carta recibida de Elia Rosa Margarita y Wilfredo Nemecio, sus progenitores, iba el pedido de que se cuidara.
Al soldado cubano y santacruceño le creció en cada cometido el espíritu internacionalista y revolucionario. También supo impedirle al huracán Paloma que le quitara sus medallas de combatiente cuando el fenómeno atmosférico el 8 de noviembre de 2008 pretendió arrebatárselas.
Escuche el testimonio de otro internacionalista santacruceño, el colega Hugo Betancourt Mayoral: