Al sur

Martí, presente ahora y en todos los tiempos

A 168 años del natalicio del Más Universal de los cubanos, nuestro José Martí continúa sorprendiendo, acaso como advertencia de cuántas batallas aún nos quedan por librar y vencer.

Más que revolucionario, abnegado y solidario, era auténtico. No nació para empuñar un machete sin embargo murió en combate, supo alumbrar el camino con ideas precisas, para planear las rutas de una guerra necesaria y triunfante.

Eusebio Leal, historiador de la Ciudad de la Habana, al referirse al Apóstol expresó: “Fue de carne y hueso, nada le ocurrió que no pudiera haberle sucedido a cualquier ser humano. Fue un hombre capaz de la pasión, enamorado de la mujer. Sus versos de amor han dejado una memoria profundamente electrizante. Murió a los 42 años, le faltó tiempo para amar y para vivir”.

Conoció de los horrores de la esclavitud siendo un niño, y la cárcel con solo 17 años de edad. Luego lo exiliaron de la isla y aprendió a sobrevivir lejos de los suyos y a vestir el color negro por su tierra subyugada, así fundó el Partido Revolucionario Cubano y planeó la llamada Guerra Necesaria.

Aunque, a decir verdad, el exilio no fue del todo tortuoso, allí conoció a Carmen Zayas Bazán, su esposa y madre de su único hijo, José Francisco.

La prosa y la poesía de José Julián están profundamente cargadas de valores patrióticos y de una semiótica singular, desde los Versos Sencillos, Libres, La Edad de Oro, Ismaelillo hasta los ensayos políticos, revelan por completo el ideario martiano. Hoy, cuando se ciernen muchas batallas para los cubanos, su luz perpetua os señala el camino a seguir.