[:es]Los millennials llegan a la ONU[:]
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Hasta la fecha, este es el único evento de Naciones Unidas donde se reúnen las nuevas generaciones para deliberar sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible y expresar sus inquietudes.
En declaraciones a PL, la enviada del Secretario General de la ONU para la Juventud, Jayathma Wickramanayake, abogó por incluir más a los jóvenes en otros importantes foros como las discusiones de la Asamblea General.
Debemos insertar a las nuevas generaciones en espacios formales de discusión donde puedan exponer sus puntos de vista, recalcó.
En la actualidad muchos equipos cuentan con asesores jóvenes, a los cuales se recurre para la formulación y aplicación de políticas, y eso es muy importante, consideró la alta funcionaria de menor edad en la ONU, con solo 27 años.
Según alertó Wickramanayake, los jóvenes enfrentan un futuro lleno de incertidumbres debido a las guerras, la variabilidad económica, el cambio climático y las desigualdades crecientes.
Frente a ese panorama, enfatizó la importancia de verlos como agentes de cambio y colocarlos en el centro del proceso de desarrollo global, como líderes en la implementación de la Agenda 2030.
Para el presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas en su 72 período de sesiones, Miroslav Lajcak, el foro juvenil del Ecosoc no es solo un evento más, resulta ‘una plataforma única para aprender unos de otros’.
Necesitamos escuchar de los jóvenes qué estamos haciendo bien y que no, pues a ellos toca buena parte de la implementación de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, aseveró.
Nuestro sistema no fue diseñado para gente joven y aunque las cosas están cambiando, urgen transformaciones aún más rápidas. Los jóvenes deben ser escuchados ahora, no se trata solo de una cuestión para el futuro, insistió.
Más de 500 jóvenes de unos 50 países debatieron sus inquietudes con ministros y altos representantes de diferentes latitudes en el único foro juvenil de Naciones Unidas, que sesionó el 30 y 31 de enero.
Durante esos dos días, los ‘millenials’ cambiaron las rutinas en la sede de la ONU en Nueva York y sacaron las discusiones de sus espacios formales para llevarlas a cada sala, pasillo o escalera donde estuviesen.
Los más altos representantes del organismo multilateral se entusiasmaron con sus ‘métodos de trabajo’ y les dieron su respaldo con la única condición de que hicieran aún mucho más ruido para hacerse oír.
(Tomado del semanario Orbe/ Prensa Latina)
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