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La respuesta integral y efectiva de la Salud cubana ante la tuberculosis

La Habana, 26 mar.- «La lucha contra la tuberculosis (TB) en Cuba va más allá del ámbito sanitario, incluyendo también los determinantes sociales y ambientales de la enfermedad. Es una meta común y que resume toda la prioridad política y gubernamental al tema en nuestro país».

Así explica la doctora María de los Ángeles León Venero, especialista de primer grado en Medicina General Integral, jefa nacional de los programas de control y prevención de la Tuberculosis y las Infecciones Respiratorias Agudas del Ministerio de Salud Pública (Minsap).

En sus valoraciones, resalta que la mayor de las Antillas, aunque se encuentra entre las de menor incidencia en el mundo, con una tasa inferior a 10 infectados cada 100 mil habitantes, avanza en el cumplimiento de los objetivos de la estrategia “Fin de la TB”, esbozada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Para ello, subraya la relevancia de los procederes extendidos en todas las provincias cubanas y el municipio especial Isla de la Juventud, y el impulso de la investigación e innovación, dirigidas al diagnóstico oportuno en la comunidad y al monitoreo constante por el médico y la enfermera de la familia centrados en el paciente, encargados de ejecutar acciones de control de foco para localizar a los contactos intra y extradomiciliarios.

«Es esencial el papel de la Atención Primaria de la Salud, en los consultorios principalmente, para incrementar la vigilancia ante posibles contagios y en especial hacia los grupos de riesgo que inciden en la cadena de transmisión», comenta la también máster en Epidemiología y en enfermedades infecciosas del Minsap.

La especialista llamó la atención en cuanto a estar alertas ante los síntomas fundamentales que suelen presentarse en estos casos, dígase tos, sudoración nocturna, fiebre, pérdida de peso, decaimiento, expectoración con sangre, así como aumento de los ganglios linfáticos. Insiste de igual manera que puede aparecer de varias formas clínicas: como una neumonía, un catarro simple, o incluso una lesión.

En esa línea, agrega la relevancia del sistema de salud cubano en dicho escenario, con un servicio gratuito para el ciento por ciento de los pacientes, con un enfoque local y territorial, a partir de la eficacia de los fármacos empleados, el seguimiento, atención integral y sensibilidad de los profesionales sanitarios.

«Es un tema con una larga historia y resultados en nuestro país, evidenciado con el alcance del Programa Nacional de Prevención y Control de la Tuberculosis, iniciado en 1962, que transitó desde el tratamiento dispensarial mediante ingreso sanatorial, la implantación del tratamiento ambulatorio controlado, hasta la introducción de medidas específicas para reducir la fuente de infección en los contactos de casos de TB pulmonar».

Indispensable hablar en este contexto del quehacer del Hospital Benefico Jurídico de La Habana, más conocido como el Neumológico del Cerro y de su preparado y sensible colectivo, referentes nacionales en la esfera. De igual manera del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí, que, con más de 50 doctores en ciencia, cerca de 150 másteres y una cifra más o menos similar de profesores categorizados, encabezan una capacitación constante de los equipos que hacen frente a la tuberculosis. Pondera la intensa actividad docente que transmiten a toda la nación, sobre enfermedades infecciosas, Virología, Bacteriología-Micología, Parasitología, Control de vectores, Infectología para la parte médica y Epidemiología, ya que son entidad autorizada en este sentido.

Y es cada 24 de marzo, cuando se celebra el Día Mundial de la Tuberculosis, el sistema nacional de Salud dirige su mirada a crear conciencia en la sociedad, sobre el impacto de la enfermedad, sus secuelas y consecuencias en el pueblo, una prioridad de trabajo aun con esos bajos índices de casos activos.

Realidades que requieren no solo de esfuerzos del personal científico y médico, sino también de toda la población cubana en pos de una mayor eficacia de los tratamientos y esquemas terapéuticos, dentro del camino de una elevada comprensión de la enfermedad. La ruta para salvar vidas y terminar con las muertes prevenibles asociadas.

Por ello, para la doctora María de los Ángeles León Venero, es urgente sumar a todos en una respuesta integral y efectiva, fortalecer las actividades de promoción, prevención, diagnóstico y tratamiento en los primeros niveles de atención, en cooperación con diversas instituciones académicas y de los servicios de salud de Cuba. «Un desafío que para combatirlo es necesario un enfoque integral. Unamos entonces esfuerzos y llevemos a cero la TB, trabajando juntos para crear entornos saludables y sostenibles, evitando así la propagación de la enfermedad». (Tomado de Radio Reloj)