[:es]La fibra dietética frena el deterioro de la vejez[:]
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La fibra dietética es un carbohidrato que se encuentra en los alimentos de origen vegetal como frijoles, frutas, granos, nueces y verduras y no es un nutriente porque no se descompone y absorbe.
La fibra dietética o fracción no digestible de los alimentos vegetales, es uno de los constituyentes de la dieta que más atención científica ha recibido en las dos últimas décadas. La divulgación de sus efectos positivos en nutrición y salud ha atraído la atención de los consumidores y ha propiciado el desarrollo industrial de numerosos alimentos y suplementos dietéticos enriquecidos en fibra.
Entre los beneficios más importantes que la fibra dietética le puede dar al cuerpo se encuentra que disminuye los niveles de glucosa (azúcar) y colesterol en sangre, disminuye el riesgo de padecer enfermedades del corazón y ayuda a reducir problemas como el estreñimiento.
Fue descubierta en los años 70 del siglo pasado por los médicos, Burkitt y Trowel que establecieron una posible relación entre una dieta rica en fibra y no sufrir cáncer ni enfermedades cardiovasculares.
Los expertos observaron que en los pueblos de Africa, con una dieta básicamente vegetariana y gran cantidad de hidratos de carbono complejos, no existían algunas de las enfermedades más frecuentes de los occidentales: cáncer de colon, hemorroides, colesterol alto y lo relacionaron con dos factores diferenciales: volumen y numero de deposiciones de los africanos y hábitos alimenticios.
La fibra abarca a todas aquellas sustancias vegetales que nuestro aparato digestivo no puede digerir y por tanto absorber. Son sustancias generalmente de tipo carbohidrato, que carecen de valor calórico, ya que como no se absorben tampoco se pueden metabolizar para obtener energía.
Existen dos tipos de fibras: soluble y no soluble. La primera es suave y se disuelve en agua, y forma una sustancia parecida a un gel. Engrosa las heces, lo cual hace que su paso por el intestino sea más fácil. Las fuentes de fibra incluyen frijoles, avena, camote y la carne de algunas frutas.
La fibra insoluble se encuentra en los granos enteros, vegetales y la piel de las frutas. “Este tipo de fibra promueve que el tracto digestivo se contraiga y eso hace que los alimentos y los desechos se muevan a través del cuerpo”, afirma Lindsay Malone, R.D., dietista del Centro de Medicina Funcional de la Clínica Cleveland.
La fibra goza de una merecida buena fama por mantener el sistema digestivo en buen estado, además, desempeña un papel importante en muchos de los sistemas del cuerpo, así que consumir lo suficiente en realidad puede ayudar a mantenerse joven.
Por ejemplo, las personas mayores que comieron dietas ricas en fibra tienen un 80 por ciento más de probabilidades de vivir más tiempo y mantenerse más saludables que aquellas que no lo hicieron, según un estudio reciente en la revista Journals of Gerontology.
A Las personas mayores de 51 años les recomiendan el consumo de al menos 28 gramos por día para los hombres y 22 gramos para las mujeres. Sin embargo, los adultos en este grupo de edad apenas consumen un promedio de 16 gramos por día.
El estudio mencionado anteriormente dio seguimiento a más de mil 600 adultos sanos durante 10 años. Aquellos que “envejecieron exitosamente” después de una década (debido a que no padecían de cáncer, enfermedad cardíaca o diabetes, y tenían una buena función cognitiva, física y cardiovascular en general) consumían un promedio de 29 gramos de fibra por día. ¿Cómo esta simple sustancia puede tener un efecto tan poderoso sobre la salud y la longevidad? Resulta que hay diversas formas en que la fibra hace su magia para retrasar el envejecimiento -apuntan expertos -.
Un estudio publicado en 2009 descubrió que las personas que consumían menos de 20 gramos de fibra por día tuvieron un cincuenta por ciento más de riesgo de desarrollar diabetes tipo dos que aquellos que recibieron 31 gramos o más por día.
La inflamación crónica se ha relacionado con muchas enfermedades como la artritis y ciertos cánceres, e incluso el Alzheimer. “Muchos estudios han demostrado que al consumir más fibra insoluble la inflamación se reduce”, dice Qi Sun, profesor asistente en el Departamento de Nutrición de la Escuela TH Chan de Harvard de Salud Pública.
Esto podría deberse a las propiedades antiinflamatorias que tienen otros componentes beneficiosos de los cereales integrales, como los polifenoles y el magnesio. Si la fibra puede reducir la inflamación, podemos decir que ayuda a reducir el riesgo de artritis.[:]