La cafeína podría tener un rol protector contra el Alzheimer
Un equipo de investigadores franceses ha encontrado evidencia sobre cómo la cafeína podría tener efectos protectores en el cerebro. El estudio, publicado recientemente en la revista Alzheimer’s & Dementia, plantea que el consumo de cafeína está asociado a un riesgo menor de desarrollar deterioro cognitivo leve (DCL) o la enfermedad de Alzheimer.
La enfermedad de Alzheimer es un trastorno irreversible que afecta la memoria, el pensamiento y la conducta. Las personas mayores presentan más riesgo de desarrollarla y, por lo general, los primeros síntomas suelen empezar después de los 60 años
Durante esta afección las proteínas del cerebro no funcionan con normalidad, lo que termina afectando la función de las células cerebrales, es decir, las neuronas. Con el tiempo, estas se dañan, pierden conexiones entre sí y mueren, lo que se refleja en el deterioro del cerebro.
Algunos científicos han sugerido que el Alzheimer podría ser causado por una mezcla de factores genéticos, ambientales y de estilo de vida que eventualmente terminan por afectar al cerebro, según describe Mayo Clinic.
En un principio esta enfermedad impacta en las áreas del cerebro relacionadas al pensamiento, el lenguaje y la memoria, lo que se evidencia en que las personas tienen problemas para recordar cosas simples o que ya conocen. Luego los síntomas empeoran: los pacientes no reconocen a sus familiares, se desorientan, tienen problemas para hablar o escribir y presentan cambios de ánimo repentinos.
Hasta hoy no existe cura para el Alzheimer, sin embargo, hay algunas alternativas que permiten disminuir los síntomas.
Cómo se hizo el estudio
En la reciente investigación, el autor principal David Blum y sus colegas deseaban analizar la relación de la ingesta de cafeína y algunos biomarcadores que se han ligado a la enfermedad del Alzheimer. Esos biomarcadores, precisamente, corresponden a las proteínas beta amiloide y tau.
El análisis fue parte de un proyecto de investigación más grande denominado BALTAZAR, que se centra en los pacientes con deterioro cognitivo leve y enfermedad Alzheimer.
El equipo dirigido por Blum se centró en estudiar a 263 participantes mayores de 70 años, de los cuales 147 tenían deterioro cognitivo leve y 116 enfermedad de Alzheimer.
Los participantes también respondieron una encuesta detallada de sus hábitos de consumo de bebidas como café y té, con el fin de que los investigadores conocieran la cantidad de cafeína que consumen al día.Además, se sometieron a resonancias magnéticas y brindaron muestras de sangre y líquido cefalorraquídeo.
Durante cinco años, los científicos analizaron la ingesta de cafeína de estos pacientes. Uno de los pasos que hicieron fue examinar el líquido cefalorraquídeo para encontrar proteína tau y beta amiloide.
Además de eso, optaron por dividir a los participantes en dos grupos: uno que tenía “bajo consumo de cafeína” por beber menos de 217 milígramos, y otro que tenía “alto consumo de cafeína” por consumir más de esa cantidad. El paso siguiente fue comparar el estado cognitivo y la cantidad de biomarcadores en los dos grupos de participantes.
Por qué la cafeína puede tener un protector contra el Alzheimer
De acuerdo a los resultados del estudio, las personas que consumían menos cafeína tenían más probabilidades de tener un diagnóstico de deterioro cognitivo leve o Alzheimer, en comparación a las que consumían más cafeína.
Según el equipo de investigadores, quienes acostumbraban a consumir menos cafeína tenían hasta 2,5 probabilidades más de sufrir una de esas enfermedades, en comparación a las que tenían un consumo mayor de cafeína.Los hallazgos sugieren que es probable que la sustancia tenga un efecto protector en el cerebro.
“Nuestros datos respaldan una asociación entre un menor consumo de cafeína y un mayor riesgo de sufrir amnesia, así como con cambios nocivos en los biomarcadores del LCR (líquido cefalorraquídeo) de pacientes con deterioro cognitivo leve y enfermedad de Alzheimer”, argumentaron los autores.
Otro hallazgo clave del estudio fue que los participantes con un consumo menor de cafeína presentaron más aglomeraciones de la proteína beta amiloide. Curiosamente, no ocurrió lo mismo con la proteína tau: no presentó mayores diferencias por ingerir más o menos cafeína. (Tomado de Infomed)